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TODO EL CARNAVAL
DE TODO UN POCO

La mayor fiesta popular y la m�s larga del mundo da comienzo

La murga

El carnaval uruguayo es un producto sincr�tico, constituido con los aportes de las distintas corrientes inmigratorias que imprimieron sus singularidades a un fen�meno de por s� polis�mico, nutrido de fragmentos y remanentes de otras fiestas, tanto paganas como cristianas.

En esa diversidad de contenidos de nuestras carnestolendas, se destaca un componente rutilante, tal vez lo m�s representativo de los festejos, la manifestaci�n m�s p�cara y transgresora del culto a Momo por estos lares: la murga

Sus ancestros europeos eran comparsas de m�sicos aficionados o improvisados, que con el pretexto de una festividad cualquiera, tocaban a la puerta de las casas de familias pudientes a cambio de algunas monedas.

Mas cercanamente, la murga como otros conjuntos carnavalescos, es un derivado del g�nero chico espa�ol. La sociedad criolla le agreg� al decir picaresco, la cr�tica mordaz a los acontecimiento pol�ticos y sociales del d�a, la caricaturizaci�n de figuras de la cotidianidad, en una l�nea de comicidad popular ingenua pero genuina y con mucho acento local.

Su pintoresco escenario, el tablado barrial, fue modelo de acci�n comunitaria, en tanto era construido y mantenido en su expresi�n art�stica por los propios vecinos que realizaban creaciones artesanales de antolog�a cuando se premiaba su decoraci�n.

Hoy se gestionan empresarialmente al comp�s de un mercado cada vez mas das exigente y que requiere tambi�n conjuntos con mayor profesionalidad.

La bater�a de bombo, redoblante y platillos, instrumentaci�n que caracteriza a la murga desde los tiempos del m�tico director pepino, tuvo que evolucionar. Insumos de mas calidad, mayor tecnolog�a en la fabricaci�n y nuevas t�cnicas de ejecuci�n de los instrumentos, enriquecieron el planteo musical de la muga.

Las recurrente melod�as zarzueleras del otorga dieron lapso al uso de composiciones diversas, con lo cual la murga diversific� su ofrecimiento art�stico sin perder su ritmo esencial particular�simo que el murguista acompa�a con un paso de baile reconocible al que algunos de los componentes, le imprimen su sello pl�stico personal que deleita a los espectadores.

El coro que asume la parte moral de la narraci�n y que es uno de los elementos definidores del g�nero, se ha perfeccionado con los arreglos vocales aportados carnavaleros especialistas.

La actuaci�n de la murga tiene cuatro momentos: en el primero, la presentaci�n, donde la murga comunica sin�pticamente su historia y su prop�sito ante una nueva edici�n del carnaval. , Luego vienen los dos momentos histri�nicos de la propuesta y que a su vez son la parte de humor critico: el cupl� y el popurr�. Se finaliza con la retirada, cargadas de sentimiento, mezcla de nostalgia y de esperanza y que cuando conmueven al p�blico adicto perduran en la memoria colectiva de los uruguayos como rasgo identificatorio y son revividas celebraciones fraternales.

Llamadas

Algo de historia

La esclavitud ha sido una forma de servicio forzado que existi� desde la m�s remota antig�edad y en todos los continentes. Los esclavos pertenecieron desde siempre a cualquier raza aunque en el mundo occidental impresione mas el tr�fico de negros.

Arist�teles consideraba a la esclavitud necesaria; los esclavos seres inferiores, deb�an realizar los trabajos manuales as� los esclavistas pod�an pensar.

El Cristianismo se opuso en vano a este vicio pagano sin �xito, en tanto fue un comercio leg�timo desde el siglo 16 hasta entrado el 19 y un suculento negocio sobretodo para los ingleses, contribuyendo los recursos obtenidos a su Revoluci�n Industrial.

En el R�o de la Plata el esclavo fue destinado a tareas dom�sticas y servicios en general, por lo que recibi� un mejor trato que el destinado a las plantaciones y a las minas.

Durante la Gesta Artiguista muchos negros se integraron a las filas patriotas, donde fueron influidos por las ideas libertarias e igualitarias del pr�cer.

La abolici�n de la esclavitud es un proceso que se inicia en 1813 precisamente en el per�odo Artiguista y se extiende hasta 1853, en que una ley declara pir�tico el tr�fico de esclavos.

El impacto de su captura, traslado a tierras lejanas y el trabajo forzado, desintegr� su patrimonio cultural.

Sometido a la cultura dominante pudo conservan muy pocas de las manifestaciones culturales propias de los puebles a los que pertenec�an.

Su profundo sentido r�tmico les permiti� conservar las danzas hoy completamente desaparecidas, que en un proceso sincr�tico se transformaron en el candombe actual.

La "liberalidad" de la sociedad montevideana permitir� a sus esclavos la realizaci�n de encuentros de agasajo a sus "reyes", donde practicaba sus danzas al son de diversos instrumentos. Como expresaba una resoluci�n del Cabildo " pod�an llevarse a cabo en extramuros" en la costa sur, "los d�as de fiesta, hasta la puesta del sol".

Incorporaron a su ceremonial elementos que hab�an apreciado en las festividades de H�beas, en las proclamaciones regias y hasta en el desfile mas�nico de los ingleses con sus bandas, pendones y mandiles, cuya aparatosidad debi� impresionar profundamente a los morenos de entonces.

Se reun�an en "canchas" al aire libre o en "salas" que se instalaban en fincas ruinosas alquiladas o cedidas en los suburbios, cuando las normativas les permitieron los festejos dentro de la ciudad.

Los locales llamados tambos, eran adornados de acuerdo a la circunstancia y se concurrir�a con las prendas que los amos ten�an en desuso; si m�s coloridas mejor.

Hab�a tres ambientes: la sala de los reyes, el oratorio con im�genes de San Benito o San Baltasar y la sala de "canyengue".

La vida de las salas fue genialmente reflejada en sus obras por el ensayista y pintor uruguayo, Dr. Pedro Figari.

Se reun�an por naciones: Gunga, Guanda, Congo, Banguela, etc., en la costa sur desde la bater�a de San Rafael hasta el Cubo del Sur, cuando no contaban con sala o cuando les resultaba peque�a, o bien para lucir sus actuaciones frente a sus amos, que concurrieron

Concurrir�an con entusiasmo a presenciar el acontecimiento. La fiesta se realizaba en principio los d�as de Navidad, A�o Nuevo y Reyes, donde el 6 de enero era el momento cuando la celebraci�n llegaba a su mejor expresi�n. Incluso sal�an en cortejo a saluda a las autoridades religiosas en la Iglesia Matriz y al Gobernador en el Fuerte.

Las naciones con el tiempo se fueron convirtiendo en comparsas y progresivamente se fueron incorporando al carnaval, haci�ndolo oficialmente desde 1870, perdi�ndose bastante del candombe original como danza.

Coreograf�a del candombe.

"La danza en su situaci�n original presentaba una coreograf�a variada, iniciada por un cortejo, seguido de la formaci�n de calles y ruedas y terminaba en un "entrevero".

Los bailarines compon�an parejas sueltas y sus pasos quedaban librados a la inventiva individual". Se arrastraba mucho el pie, y no hab�a saltos. Al candombe se le considera un producto de la aculturaci�n, por la similitud de sus figuras con las de la contradanza europea.

Los Instrumentos

La danza se acompa�aba musicalmente por los tamboriles, pero tambi�n con otros elementos todos de percusi�n como la mazacalla, la marimba, la tacuara y las hueseras.

Sobreviven los primeros que son de 4 tipos: el chico (soprano) de 65 cms. De altura por 16 cms. De boca, el repique (contralto) de 70 x 20, el piano (tenor) de 73 por 24 y el bombo (bajo) de 78 por 27 (aproximadamente).

Es frecuente la ausencia del bombo en un conjunto de tamboriles; los repiques pueden ser 3, los pianos pueden ser 2; la comparsa puede multiplicar estos porcentajes.

La frase r�tmica consta de dos compases en 4/8, lo cual permite superponer tangos y milongas. El chico tiene r�tmica fija, en tanto el repique es el m�s improvisador.

La lonja se percute con una mano y un palillo que lleva la otra, que puede batir tanto el parche como la madera produci�ndose tres sonidos de timbre y altura distintos.

Los tamboriles uruguayos son unimembran�fonos y las disponibilidades del lugar y el sincretismo cultural indujeron a los negros a construirlos con duelas machimbradas de barricas de yerba, precintadas con flejes de hierro en diversas alturas. Este hecho debi� determinar la forma abarrigada.

El parche era antes siempre de cuero de vacuno y se templaba al calor de una fogata de diarios viejos. Actualmente con los materiales sint�ticos, es innecesaria esta operaci�n.

El tamboril se lleva suspendido en el hombro mediante una correa y se apoya sobre el muslo durante la marcha del instrumentista.

Personajes

La modalidad actual del candombe est� completamente adaptada al carnaval desde 1890, aunque perduran algunos personajes de las viejas "salas" metamorfoseados.

El "escobillero" era antes el encargado de dirigir el ceremonial con un bast�n de borlas; hoy lleva una escoba con la cual practica sus malabares.

El "gramillero" representaba el brujo de la tribu, ten�a su jerarqu�a. Por lo que vest�a de sombrero de copa, levita, anteojos y barba blanca larga; bast�n y valija yuyera, en una y otra mano.

La "mama vieja" con un abanico en la derecha y una sombrilla en la izquierda, recargada de faldas y enaguas, coquetea con el gramillero. La vedette es un elemento recientemente transculturado.

Para concursar oficialmente la comparsa de "negros y lubolos" debe presentar como m�nimo 12 tamboriles, cinco bailarinas, una vedette, un escobero, dos gramilleros, dos mamas viejas, cuatro portabanderas, un portaestandarte, un portamedialuna y un bailar�n. Se constitu�an con un m�nimo de 45 miembros y un m�ximo de 60.

El tamborileo viste saco largo hasta la rodilla sin mangas, con volados. Alpargatas encintadas hasta la rodilla, camiseta blanca, bombachudo hasta la rodilla y sombrero de paja.

Llamadas

El candombe en principio nada tiene que ver con el carnaval; se va asociando a �l progresivamente a lo largo del siglo 19, y se integra oficialmente a las fiestas de Momo en 1870.

La antigua congregaci�n por naciones dio paso en la actualidad a "sociedades" donde el "rey" pas� a ser "presidente" y donde el factor de afinidad es la vecindad, el parentesco, la comunidad laboral, etc.

La llamada es una convocatoria que hacen algunos miembros de la comparsa al resto de la misma, vali�ndose del lenguaje r�tmico del tamboril.

La IMM oficializ� desde 1956 el Desfile de Llamadas, que es un desfile de Sociedades de Negros y Lubolos. Estos son blancos pintados de negro y la denominaci�n viene desde el siglo XIX.

Se realiza en las calles del barrio Palermo, zona de conventillo y apartamentos de corredor, tradicionalmente ocupados por familias morenas. En el Desfile de Llamadas las comparsas compiten entre s� por premios y distinciones que otorga la Divisi�n Turismo de la IMM, organizadora del evento.

Otras categor�as, Humoristas, Parodistas y Revistas, participan con las mencionadas anteriormente, tanto del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas, organizado conjuntamente entre la Divisi�n Turismo y Recreaci�n de la Intendencia Municipal de Montevideo y DAECPU, como de las actividades que se desarrollan a lo largo del mes de febrero (prolong�ndose en general hasta la primera semana de marzo) en Tablados Barriales, Escenarios Populares y Escenarios M�viles.


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