Sin lugar a dudas nuestro pa�s tiene en el Carnaval su m�xima fiesta popular. Esta afirmaci�n se basa en el crecimiento continuo de agrupaciones participantes, la notoria superaci�n de la calidad de los espect�culos y el aumento de p�blico concurrente, que a pesar de la crisis econ�mica no deja de participar.
El carnaval, -m�s all� de la expresi�n art�stica- es un fen�meno social que da trabajo a miles de personas; es un evento respaldado por una organizaci�n y planificaci�n detallada que ha ido contribuyendo a la profesionalizaci�n de la fiesta.
La pasi�n del pueblo uruguayo por el carnaval es un fen�meno dif�cil de explicar para cualquiera. Es uno de los rasgos m�s representativos de nuestra idiosincrasia y ser�a pr�cticamente inentendible para cualquier extranjero.
Su duraci�n es un r�cord mundial y la transformaci�n que se vive en esos d�as, alcanzando a todas las clases sociales hacen del carnaval uruguayo una fiesta inconfundible.
Buscando en la historia nos encontramos con un edicto de 1760 que ya regulaba la celebraci�n. Con el correr de los a�os, muchos t�tulos y personajes han ido enriqueciendo esta expresi�n art�stica.
En 1956, la Intendencia Municipal de Montevideo decidi� oficializar el Desfile de Llamadas y se le sign� un recorrido que a�n conserva en su esencia, saliendo de un punto y volviendo a �l recorriendo las calles de los barrios Sur y Palermo.
Al ir evolucionando el carnaval, quedaron definidas cinco categor�as (Murgas, Parodistas, Humoristas, Revistas y Sociedad de Negros y Lubolos), que son las que compiten en la actualidad en el Concurso Oficial de Agrupaciones, cada una de ellas con un perfil claramente diferenciador.
La MURGA
es la categor�a m�s identificatoria del alma uruguaya. Est� basada en la cr�tica, la s�tira, la jocosidad y la iron�a. Sus textos reflejan el sentir de la sociedad y nos narran los sucesos del a�o entero haciendo gala de una creatividad admirable.
Los personajes pol�ticos son caricaturizados con inteligencia y picard�a, en una suerte de �nadie se salva�.
El PARODISMO
, ha sido probablemente la categor�a que m�s ha crecido en las �ltimas dos d�cadas, convirti�ndose en la de mayor convocatoria en los diferentes escenarios. Si bien el t�rmino �parodista� fue utilizado por primera vez en 1871 por �Los Ocurrentes�, la categor�a naci� en 1944 con una concepci�n diferente a la actual. Reci�n en 1950 se consolida en su esencia: la de parodiar - con mezcla de humor y dramatismo � obras c�lebres de la literatura, cine, teatro o historias de hechos y/o personales de p�blico y notorio reconocimiento.
La categor�a de HUMORISTAS
en sus comienzos no estaba diferenciada de la del Parodismo. Reci�n a mediados de la d�cada del 50 se diferencian claramente. Por supuesto que su fin principal es el hacer re�r, utilizando para ello diferentes estilos, seg�n el conjunto del que hablemos. Lo que es de base, es que su argumento no puede estar basado en hechos, obras o sucesos reales.
Su evoluci�n ha sido tambi�n notoria, su actuaci�n ya no se reduce a una sucesi�n de cuadros, sino que se ha transformado en una armoniosa obra resultante de la suma de situaciones de equ�vocos y confusiones.
Por su lado, las REVISTAS
obtienen su denominaci�n actual en 1968 luego de haber tenido diferentes r�tulos. Surgen de las troupes (aunque con menos integrantes) y se llamaron �Revistas y Conjuntos Originales�. Fue en esta categor�a y en el conjunto �Los Zorros Negros� que se produjo el debut de Rosa Luna, una de las m�s grandes vedettes de nuestro carnaval.
Si bien para este 2004 han surgido varios t�tulos nuevos, es la categor�a que ha sufrido m�s altibajos. A pesar de tener espect�culos que ser�an f�cilmente exportables y que superan muchas veces a obras consagradas en otros pa�ses, las revistas no se destacan por su convocatoria, y como consecuencia son quienes �hacen menos tablados� en cada carnaval.
La quinta categor�a, la comparsa de negros, es la expresi�n m�s antigua, y sus or�genes se remontan a la �poca colonial. Los lubolos son aquellos �blancos pintados de negro� que se suman a la agrupaci�n; de ah� la denominaci�n de NEGROS Y LUBOLOS.
Seg�n el reglamento: �constituyen una recreaci�n en sus or�genes en la �poca colonial con sus trajes, cantos y bailes t�picos, pudiendo recrear los or�genes africanos y una evoluci�n natural y acompasada a la actualidad.............. sin perder la esencia conceptual de la categor�a�. Se desarrolla bajo el signo predominante del tambor y sus letras y m�sicas deben ser indefectiblemente in�ditas. Se exige que cada comparsa incluya adem�s de los tambores, bailarinas y bailarines, vedette, escobero, gramillero, mama vieja, portabanderas, portaestandarte, estrellas y medialuna. Todo esto con el fin de no perder la tradici�n.
Los n�meros hablan por s� solos.
El Teatro de Verano ha congregado un promedio de 80.000 personas por a�o desde el a�o 2000. En el Escenario 1ro de Mayo, la concurrencia aumenta en un promedio de 10.000 personas por a�o desde el 2001. Los escenarios comerciales venden m�s de 100.000 entradas cada a�o. Cada vez son m�s las empresas comerciales que se acercan al carnaval lo que redunda en un doble beneficio, por un lado los conjuntos reciben apoyo econ�mico y por el otro, las marcas tienen un nuevo veh�culo de comunicaci�n asoci�ndose a este fen�meno cultural.
Una expresi�n art�stica, un fen�meno social, una fuente de trabajo, un movilizador de sentimientos, la manifestaci�n de la cultura popular. Todo eso es el Carnaval, y su musa inspiradora es la pasi�n que despierta.