Los vecinos están en guerra

El gobierno de Jordania ha decidido restringir su frontera con Irak. Muchos de los desplazados que llegaron hace doce años, tras la Primera Guerra del Golfo, aún siguen en el país.

Aman. (Por Patricia Castro Obando, enviada de El Comercio de Lima, GDA).- En Jordania, donde viven alrededor de 300 mil iraquíes, la guerra se siente a la vuelta de la esquina. La mayoría de los que hoy se dicen a salvo, son indocumentados. Llegaron al país hace doce años, sin nada más que la vida, desplazados por la Primera Guerra del Golfo. El Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (Acnur) solo tiene registrados a 1.200. Sin embargo, muchos prefieren vivir en el anonimato,como si hubieran muerto, para evitar ser descubiertos y calificados como traidores. Hasta hace muy poco, la red de servicios secretos de Bagdad extendía su brazo más allá de la frontera.

Hace doce años el gobierno de Jordania acogió a 2 millones de refugiados iraquíes, aunque a regañadientes. La ola de refugiados fue tan grande que produjo un maremoto en el desierto. Aman quedó desbordada y las consecuencias en la economía dejaron huellas que ni el tiempo las borró.

La experiencia ha hecho que esta vez, Jordania tome sus previsiones mientras que a la Acnur le preocupa más las provisiones. El gobierno declaró restringida la frontera y, zona militar inaccesible, a los campos de refugiados de Irak. El objetivo es que la nueva ola de refugiados no llegue hasta la capital.

En esta operación 'sandwich' de los Estados Unidos, con los kurdos desde el norte y los 'marines' desde el sur, Bagdad queda como carne de cañón. Las rutas más probables para abandonar el país son, aquella que traspasa la frontera con Irán y, la de Jordania. Esta última ha sido la preferida por los mercaderes y comerciantes desde que los vuelos aéreos en Irak se hicieron humo.

Desde que los inspectores volvieron a Bagdad el año pasado, la Acnur empezó a preparar un plan de emergencia que involucraba a los países fronterizos con Iraq. Según los cálculos de la agencia humanitaria, se espera alrededor de 600 desplazados que podrían huir por Jordania, Irán, Siria y Kuwait, en este orden de posibilidades.

A unos 50 kilómetros del puesto fronterizo de Safari se encuentra Ruweished, tierra que albergó en el pasado a los primeros refugiados de la Guerra del Golfo. Esta vez, se levantarán allí tres nuevos campos que podrían dar cobijo a 34 mil desplazados. La construcción y el equipamiento básico de los refugios costarán 60 millones de dólares. La Acnur ha reunido solamente 15, pero confía en el apoyo de las potencias que hoy dicen estar preocupadas por la reconstrucción de Irak.

Dos de los refugios albergarán a los grupos de que podrán permanecer allí hasta que la guerra termine. Después deberán retornar a sus hogares. Dos de los tres campos albergrán a los refugiados iraquíes que permanecerán allí hasta que la guerra termine para que después regresen a sus casas. El tiempo máximo será de seis meses. El tercerlo recibira a refugiados de otras nacionalidades como egipcios o sudaneses que apenas sea posible, seran enviados a sus respectivos países. Los campos de refugiados en la frontera de Jordania con Irak estarán administrados por la Media Luna Roja y la Organizanización Caritativa del Reino de Hachemita, con el apoyo ONGs. El Ejército se encargará de la vigilancia y la zona será considerada de acceso restringido. Los refugiados no podrán abandonar el campo, salvo que retornen a sus países de origen.

Después de la medianoche, Aman, la capital de Jordania, cae en un silencio sepulcral. Mientras la mayoíia sigue la guerra por televisión, a esta misma hora, decenas de camiones abastecedores de petróleo y sus derivados procedentes de Irak, avanzan por la ciudad oscura. El mismo oro negro que le quita el sueño a muchos y que en ningún lugar del planeta, tiene las puertas cerradas.