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Cae el primer periodistaJ. Jaime
Hernández/Enviado HABUR (frontera turco-iraquí). Las cortinas de humo que se alzaban sobre gran parte del territorio iraquí se transformaban ayer en un denso manto de luto. La brutalidad de los combates arrancaban las primeras lágrimas en forma de hollín. En el tercer día de guerra, a las muertes de soldados y civiles se sumaban las de periodistas. "La verdad no nos lo esperábamos. Nos ha sorprendido a todos. Lamentamos mucho la muerte del periodista de la Australian Broadcasting Corporation (ABC) y la de las personas que estaban con él". La voz apagada de Chusty Muhedin, viceministro de Cooperación y Desarrollo de la Unión del Pueblo Kurdo (UPK), lo decía todo. No hacía falta elocuencia para explicar los restos volatilizados del camarógrafo, que fue sorprendido por un kamikaze suicida de la organización Komala Islami Kurdistán (KIK), un grupo sospechoso de tener vínculos con Al Qaeda. En el puesto atrincherado de las guerrillas de las peshmergas , a las afueras de la villa de Khumal, los restos del coche-bomba, el trípode de una cámara y restos de ropa se convertían en la prueba fehaciente de una tragedia y de un frente interno. Un avispero de extremistas y kamikazes que ya habían anunciado su intención de asesinar a soldados de Estados Unidos que pisaran suelo iraquí, pero que han preferido inaugurar su particular cacería con carne de periodista. Pero el asesinato de Paul Morgan, periodista australiano de 39 años, no fue un acto gratuito. Apenas ayer, un inesperado castigo de bombardeos a cargo de cazabombarderos estadounidenses habían incendiado el enclave de las milicias del KIK, en la frontera con Irán. Más de 50 misiles crucero habían arrasado las posiciones de esta organización en las inmediaciones de Halabja, dejando un saldo de "varios muertos y heridos", según aseguró un responsable de la UPK. La noticia del bombardeo y la carnicería que había provocado incitó el olfato de los periodistas que cubren este frente norte. Y unos de los primeros en llegar al escenario del bombardeo habían sido estos dos periodistas australianos. Los colegas que cubrimos este sector, redoblamos las medidas de seguridad para evitar un nuevo incidente, en una zona de difícil acceso, salpicada de campos minados, milicianos de gatillo fácil y las guerrillas del KIK, que penetran desde Irán. Tras la muerte de este periodista australiano, la noticia de otros tres periodistas británicos de la cadena de televisión ITV (el reportero Terry Lloyd, el camarógrafo Fred Nerac y el intérprete Hussein Othman), que han sido dados como desaparecidos en las inmediaciones de Basora, elevaba a cuatro el número de informadores que han caído en los primeros días de esta guerra. Una guerra de extraños giros. Con noticias empeñadas en reescribir el guión de una ofensiva que parece tomar rumbos inesperados. Como la que sorprendía a la cúpula del régimen iraquí, la tarde de este sábado. A esas horas, versiones contradictorias daban cuenta de la rendición del comandante de la quinta división del Ejército iraquí, que operaba en el norte de Irak. La versión de esta deserción, que habría sido secundada por un grupo de soldados, era festejada por los comandantes de milicias kurdas, que ya habían anticipado el derrumbe sicológico de las tropas iraquíes que defienden los enclaves estratégicos de Kirkuk y Mosul. "Muchos de ellos ya nos habían adelantado su intención de rendirse. Sólo esperaban el momento indicado para materializar sus planes", aseguró un comandante de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK). Los extremos de esta información no pudieron ser confirmados por fuentes independientes. En el anverso de la moneda, los ejércitos iraquíes festejaban ayer desde este frente norte, el hecho de que Estados Unidos hubiera renunciado definitivamente a desplegar más de 62 mil efectivos en el Kurdistán iraquí. Turquía cerraba así el paso a 62 mil efectivos estadounidenses, que permanecían estacionados sobre aguas del Mediterráneo y sobre bases de Texas, Hungría y Bulgaria. "Nosotros solos podemos enfrentarnos a las tropas de Saddam Hussein. Sólo esperamos las órdenes de los comandantes estadounidenses", comentó uno de los principales colaboradores de Jalal Talabani de la UPK. Los contratiempos en la estrategia de Estados Unidos en este frente norte se compensaban, sin embargo, con las noticias que hoy daban cuenta de los intensos ataques aéreos que se han desarrollado contra la ciudad de Tikrit, el feudo de Saddam Hussein. Los ataques contra Tikrit, 200 kilómetros al norte de Bagdad, alcanzaban a varios edificios y obligaban a las fuerzas que comanda Udai, el hijo mayor de Saddam Hussein, a refugiarse en búnkers y en el perímetro externo de una ciudad, que ya ha anunciado una feroz resistencia en el denominado sector norte. El parte
de guerra se escribía ayer así con noticias dispares y tragedias
aisladas. Lejanas y cercanas al mismo tiempo por ese efecto de amalgama,
que hace de la guerra el peor escenario de nuestras pesadillas. Pero también
el espacio donde inocentes, asesinos y sátrapas parecen mecerse
bajo el mismo cielo, mientras miran hacia el abismo de los peores infiernos.
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