"La guerra no durará más de diez días"

Por FRANCISCO SANZ GUTIÉRREZ
De El Comercio de Lima
GDA

La tan temida conflagración en el Golfo Pérsico está en marcha y pocos dudan sobre quién impondrá condiciones al final de la batalla. Para adivinar lo que puede ocurrir una vez que las bombas y misiles dejen de tronar y asolar el cielo y suelo iraquíes, recurrimos al analista español Román Ortiz, especialista en temas de Defensa del Instituto Gutiérrez Mellado de Madrid y quien hace una década, apenas culminada la primera Guerra del Golfo, cumplió una difícil misión de asistencia humanitaria a los kurdos en el norte de Irak.

- ¿Cómo avizora el curso de esta guerra y cuál será la táctica militar que empleará Estados Unidos?

- Desde mi punto de vista la guerra va a ser corta, no creo que dure más de diez días y preveo una destrucción bastante limitada sobre la infraestructura civil. Los estadounidenses disponen de tanta precisión en su maquinaria militar que pueden graduar la presión para destruir solo lo justo. Ellos saben que los daños deben ser los menos posibles pues luego viene la reconstrucción del país. no pueden destruir una infraestructura que luego van a necesitar.

- Pero Saddam Hussein ya ha amenazado con destruir la infraestructura petrolera de su país y ello tendría repercusiones muy graves para esta reconstrucción.

- Ese es efectivamente un factor fundamental, saber qué va a pasar con los campos de petróleo iraquíes. Saddam puede destruirlos y si los daños son muy graves, la recuperación de la producción va a ser muy lenta y las tensiones al interior del país se acrecentarán. Pero si la infraestructura petrolera se captura casi intacta, aunque habrá dificultades porque hablamos de una estructura dañada por el largo período de sanciones, se la podrá poner en funcionamiento con rapidez.

- ¿Se puede hacer un paralelo entre el panorama postbélico que se verá en Irak y el que se vivió hace poco más de un año en Afganistán?

- Veo un escenario inicial relativamente parecido, quizá con una presencia estadounidense mucho más fuerte y una inversión económica y militar mayor, con lo cual van a intentar ir articulando poco a poco una alternativa de gobierno, basándose en la administración que deje Saddam. Políticamente, Irak también ofrece una realidad muy compleja y fragmentada: tenemos el Kurdistán en el norte, la población chiíta en el sur y los suníes en el centro. Pero ninguno de esos territorios es homogéneo. Por ejemplo, toda
la periferia de Bagdad está llena de chiítas, pese a que la capital está enclavada en el corazón de la zona suní.

- ¿Instalarán entonces los estadounidenses un gobierno a la medida del impuesto en Kabul? ¿Qué personaje títere similar a Hamid Karzai se puede encontrar?

- Insisto en que no creo que EE.UU. desmantele del todo la administración iraquí. Se puede decir que tras la Segunda Guerra Mundial han quedado registrados dos modelos de ocupación norteamericana: Alemania y Japón. En Alemania se aniquiló la estructura del estado nazi alemán y se hizo la reconstrucción desde cero. En Japón, en cambio, si bien el general Douglas MacArthur se convirtió en gobernador de las islas del Japón, el emperador continuó en el poder y la estructura administrativa japonesa fue aprovechada en gran medida. Con distintos personajes, me parece que la figura en Iraq se aproximará al modelo japonés.

- ¿Conseguirá EE.UU. el apoyo de la comunidad internacional para esta reconstrucción o este modelo de gobierno en Irak?

- Eso está por verse. Si los estadounidenses tienen más éxito en recoger apoyo internacional para la reconstrucción que el que han tenido antes del inicio de esta guerra, es decir, si consiguen crear una coalición para reconstruir Iraq, ello le reportará un gran alivio pues se supone que se repartirán las cargas militares, políticas y económicas.

- ¿Qué otra variable puede anotarse en esta lista de ingredientes del escenario posterior a la guerra?

- Otro factor a tomar en cuenta es que los estadounidenses se van a ver sometidos a una presión militar a la que no están acostumbrados desde hace mucho. Desde Vietnam, EE.UU. ha evitado sistemáticamente comprometerse en misiones de pacificación y de control del territorio porque son misiones largas y costosas. En ellas su tecnología sigue siendo útil, pero no tan determinante como en un enfrentamiento convencional. Van a ser inevitables los ataques terroristas y los hostigamientos permanentes, muy en la línea de lo que pasa hoy en Afganistán. Eso va a poner mucha presión política sobre el Gobierno Estadounidense, pues calculo que la ocupación durará de dos a cuatro años. Las opciones más optimistas hablan de un año, pero no creo en ese plazo.

- ¿Cómo se podrá apaciguar la tensión entre los países del Medio Oriente que ven a un vecino bajo control militar estadounidense?

- Yo veo que en este sentido es crítico dar una solución satisfactoria y rápida al problema palestino. Si ello ocurre, la presión sobre EE.UU. se reducirá, pero si el asunto palestino se queda estancado, vecinos como Siria e Irán dudarán aun más de las intenciones norteamericanas y recrudecerá una actitud hostil. Es notoria la diferencia con Afganistán, donde -salvo los paquistaníes- todos quedaron felices cuando el régimen talibán fue derrocado. En torno de Iraq, en cambio, hay países para los que la presencia norteamericana supondrá una amenaza cuando EE.UU. ejerza dominio sobre Bagdad: Irán estará en una posición estratégica espantosa con fuerzas estadounidenses desplegadas en toda su periferia. La situación
de Siria tampoco será muy cómoda pues se encuentra emparedada entre Israel, Turquía e Irak.