|
|||||||||||||||||||||||
|
||||
Periodistas en el frente de batallaEmbedding" es el nuevo término con un viejo significado que se ha creado para definir a los corresponsales de guerra que avanzan con las tropas de la Coalición Por Patricia
Castro Obando Ammán, Jordania. Los periodistas del Medio Oriente acaban de soltar el último chascarrilo, que por supuesto, ridiculiza a sus colegas del Occidente en esta guerra de la información. El término "embedding" o "embedded" que el Pentágono utiliza para definir la condición de los corresponsales de guerra que avanzan con las tropas de la Coalición, ha recibido su primera baja. No existe una palabra exacta en castellano que se ajuste a este vocablo en inglés, se necesita una frase. Pero la broma en mención, se ha colgado "de cómo suena la palabra para quitarle el disfraz", dicen los colegas árabes. Ellos han reemplazado "embedding" por "in bed with". Lo segundo se traduce como "en la cama con", o para no ser tan estrictos, "me acuesto con". Apuesto que el Pentágono, no se ha reído. El vocablo puede parecer nuevo, incluso en inglés, pero su función es tan antigua como los conflictos en el mundo. El término corresponsal de guerra nació para definir a los periodistas que cumplían su función dentro del campo de batalla, y por lo general, avanzaban detrás de uno de los ejércitos hasta la línea de fuego o incluso más allá. En la anterior guerra en Afganistán, algunos periodistas estadounidenses y británicos, fundamentalmente, acompañaron a las Fuerzas Aliadas en la Operación Anaconda. Sin embargo, en esta ocasión, no han sido unos cuántos elegidos sino muchos los llamados. Es la primera vez en la historia de la humanidad que un gobierno decide incorporar a la marcha operativa de su ejército, a más de 500 periodistas acreditados de todas partes del mundo. La decisión del Pentágono tiene que ver con las críticas recibidas en la guerra contra los Talibanes. La prensa internacional se quejaba de muy poco o ningún acceso a las fuentes. Acusó a Estados Unidos y a sus aliados, de esconder información, desinformar, o mostrar solamente aquello que le convenía. Desacreditó a las grandes cadenas de televisión que pertenecían a la misma nacionalidad de los vencedores. Puso "la verdad" en duda. Por estos y por muchos otros motivos, que sólo el Pentágono conoce, un batallón de periodistas avanza con las fuerzas de la Coalición, algunas por el norte, pero la mayoría por el sur, hasta Bagdad. Y, si bien, el ejército estadounidense dictó cursos de entrenamiento especial para los periodistas "embedded", no hay que olvidar el riesgo mortal que asume este corresponsal por cumplir su labor informativa. Otro peligro que también corre el periodista "embedded" es aniquilar, por sí mismo, su propia cobertura. No se trata de no estar allí, sino más bien de tener bien claro dónde está uno. El ejército aliado provee cada mañana, en conferencias de prensa, un material que puede incluir videos, fotografías, textos, y hasta declaraciones de testigos. En ciertas ocasiones permite a los periodistas en grupos, estar presentes durante la lucha. Sin embargo, si el corresponsal de guerra no tiene la capacidad para discernir y marcar distancia, es probable que asesine su propia objetividad en las informaciones que transmita. Otro enemigo agazapado es la censura que intenta taparle la boca a la independencia. En una de estas conferencias, uno de los periodistas "embedded" se quejó públicamente por la falta de acceso directo a la información y la dificultad de moverse en el campo. El General Tommy Franks, autoridad del Comando Central puso en el tablero las reglas de juego: "Irse o quedarse, es su decisión, no la mía". O cómo suena mejor en ingles: "It's up to you". |
||||
|