EL
ATAQUE SOBRE IRAk PODRÍA FAVORECER SU AUTONOMÍA O DEJARLES
SUPEDITADOS A LOS AFANES ANEXIONISTAS DE TURQUÍA, AMÉN DE
MUERTOS Y HERIDOS
El
drama kurdo
Repartidos
en cuatro países, más de 25 millones de kurdos sufren opresiones
de Turquía e Irak
Madrid. (Por
Yolanda Vaccaro, corresponsal de El Comercio de Lima, GDA). - Miles de
kurdos han dejado en los últimos días las ciudades que habitan
en el norte de Iraq rumbo a las zonas rurales, a diferencia de lo que
hicieron en 1991, cuando huyeron hacia Turquía. Cinco millones
de kurdos pueblan el norte de Iraq, las regiones de Arbil y Suleimaniya
y, desde 1991, gozan de una autonomía que les ha permitido avanzar
económicamente, a diferencia de lo que ocurre con el resto de Iraq:
su fuente de riqueza principal es el traslado, "alegal", de
cientos de camiones cisterna que, cada día, hasta hace muy poco,
cruzaban la frontera de Iraq hacia Turquía. Saddam Hussein ha martirizado
sistemáticamente a los kurdos, a los que gaseó en 1988 causando
la muerte de cinco mil personas. Tras la Guerra del Golfo Naciones Unidas
estableció como zona autónoma la región del Kurdistán
iraquí, a partir del Paralelo 36, incluyendo la sureña de
Suleimaniya (zona de exclusión aérea bajo protección
de la propia ONU). El personal de la ONU, sin embargo, ya ha abandonado
el lugar cumpliendo la orden de evacuación de Kofi Annan. Por eso
ahora los kurdos temen las iras del dictador de Bagdad.
La violación de los derechos humanos de kurdos y shiíes
(comunidad religiosa que representa el 75% de los 25 millones de iraquíes,
asentada en el sur de Iraq) es uno de los delitos de lesa humanidad de
los que se acusa a Hussein. Sin embargo poco dice EEUU de la represión
que el
Gobierno Turco ejerce sobre los kurdos en Turquía. El Tribunal
Europeo de Derechos Humanos acaba de pedir a Turquía que repita
el juicio en el que condenó a pena de muerte -luego conmutada por
cadena perpetua- al dirigente terrorista kurdo turco Abdalá Ocalan
porque el juicio obvió elementales garantías.
La oposición kurda a Hussein es una de las más activas en
el exilio y dentro del Kurdistán donde, a pesar de que en Iraq
sólo es legal el partido oficialista del Baaz, la autonomía
ha permitido cotas de libertad. Se supone que los kurdos, con respaldo
de EEUU, deberían ser considerados en un Iraq post-Saddam. Sin
embargo nada está claro y el principal obstáculo con el
que los kurdos se enfrentan es que Turquía es un aliado necesario
de EE.UU.
El pueblo kurdo está repartido en cuatro países: trece millones
en Turquía, cinco en Iraq, cinco en Irán y uno en Siria,
ocupando un territorio de tamaño similar al de España. Más
de un millón vive en el exilio (Reino Unido, Suecia, Italia, Grecia,
EE.UU. y Alemania, fundamentalmente). Los kurdos no son árabes
sino indoeuropeos y practican sobretodo la religión musulmana.
Si hay algo a lo que los kurdos iraquíes temen más que a
Saddam es que, tras la guerra, Turquía se anexione el Kurdistán
iraquí, mientras que a los turcos les aterra la posibilidad de
que los kurdos iraquíes tomen los centros petroleros del kurdistán
turco de Mosul y Kirkuk, proclamen su independencia y sirvan de ejemplo
a los kurdos de Turquía.
MONEDA DE CAMBIO DE EE.UU.
EE.UU. abandonó a los kurdos iraquíes incumpliendo su promesa
de ayudarles en sus afanes de autodeterminación en 1975, 1991 y
1995. EE.UU. consiguió ayer que el Gobierno turco pida nuevamente
la autorización de su Parlamento para que su cielo sea sobrevolado
por las fuerzas aéreas estadounidenses en su eventual bombardeo
de Iraq, autorización que podría emitirse hoy. A cambio
los turcos lograrían visto bueno de EE.UU. para entrar en el Kurdistán
iraquí so pretexto de defender de un fuego cruzado a la minoría
turca que vive en esta zona. Se supone que los turcos sólo podrían
atravesar la frontera para luchar contra Saddam pero no para
anexionarse Erbil y Suleimaniya.
El Kurdistán, pues, es moneda de cambio en la negociación
del apoyo turco. No obstante los dirigentes kurdos en el exilio se cuidan
de no criticar excesivamente a EE.UU. porque de Washington depende, al
fin y al cabo, no sólo su hipotética independencia sino
también su protección frente a la represión turca
o iraquí.
PRIMERO DEMOCRACIA Y ACABAR CON EL TERRORISMO
Salar Hawramani es dirigente del Partido Comunista Kurdo Iraquí
(PCKI). Al igual que hacen los dirigentes de los otros dos partidos que
gobiernan en coalición en Erbil y Suleimaniya (Partido Democrático
del Kurdistán- PDK- y Unión Patriótica del Kurdistán-
UPK-), Hawramani, que vive a caballo entre Madrid y Suleimaniya, su tierra
natal, apoya que cambie el Gobierno Iraquí pero no pide la independencia
del Kurdistán sino la formación de un Estado federal que
podría parecerse a España. "Luego, ya veremos, per
ahora no podemos obsesionarnos con un Estado kurdo", dice Hawramani.
"Lo que más interesa ahora es garantizar los derechos humanos
y la justicia social consiguiendo la democracia", explica. Carlos
Kurdi, representante en España del PDK se expresa en términos
similares: "Todos somos iraquíes y no buscamos la independencia,
sino la autonomía para el Kurdistán dentro de un Iraq democrático".
Aunque los partidos kurdos iraquíes se han enfrentado duramente
hasta 1998, ahora han conseguido ponerse de acuerdo porque les une su
rechazo a ser sometidos por Turquía y a volver a estar bajo la
opresión de Hussein. Pero sólo el PCKI rechaza la guerra
como solución. Hawramani recuerda que su partido "lucha contra
Hussein desde 1978, cuando era el hijo predilecto de EEUU". El dirigente
izquierdista cree que EEUU implantará un gobierno
militar que no favorecerá a la población ni del Kurdistán
ni del resto de Iraq.
En cualquier caso los kurdos iraquíes tienen ante sí la
tarea de conducir las labores de los 80 mil hombres en armas (peshmergas),
fuerza autónoma asentada en el norte iraquí, que debería
integrarse en un ejército regular iraquí post-Saddam. Pero,
sobretodo, deben acabar con el terrorismo de Ansar El Islam, grupo fundamentalista
islámico contra el que luchan los peshmegas vinculado a Al Qaeda.
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