FABIÁN MURO
El festival "Flores en Diciembre",
llevado a cabo durante la sofocante tarde y noche del
sábado pasado en el Estadio de Trinidad, reunió
a varios miles de personas para agitar y cantar junto
a Vieja
Historia, la
Mancha de Rolando, Hereford,
Buitres,
No
Te Va Gustar,
La
Vela Puerca.
La ciudad se preparó a conciencia para recibir
a los que viajaron hacia el estadio. `Stands` de todo
tipo ofrecían comida, merchandising, artesanías
y bebidas a los que peregrinan por el interior para
seguir a sus bandas favoritas. Cuanto más cerca
al estadio, más densa la presencia de puestos
de venta.
Una vez dentro del predio, sin embargo, la oferta era
bastante más acotada. Panchos, chorizos, refrescos
y tarjetas de Ancel eran, básicamente, los productos
disponibles para la compra. Las bebidas alcohólicas,
en tanto, sólo estaban para ser vistas desde
el lado de la barra en el que se paran los clientes:
"No podemos vender nada antes de que termine el
último grupo", decía uno del otro
lado de esa barra. "Es que, con el calor que hacía
esa tarde, si te ponés a tomar cerveza a las
seis de la tarde ¿cuál es el resultado
de eso? ¿En qué estado te encontrás
a las once de la noche", preguntaba retóricamente
el productor Claudio Picerno cuando fue consultado sobre
por qué no se permitía la venta de bebidas
alcohólicas durante la mayor parte del festival.
La convocatoria no fue la esperada. Con bandas como
No Te Va Gustar, Buitres y La Vela, cabía suponer
que la concurrencia podría rondar las 15 o 20.000
personas. Pero fue bastante menor a eso. "Es que
diciembre es un mes complicado. Todas las cosas que
he organizado en ese mes con bandas como Buitres y Trotsky
Vengarán tuvieron resultados que no fueron del
todo satisfactorios. Hay mucha gente que ya tiene enero
en la cabeza, hay exámenes...", continuó
Picerno. "Pero también es cierto que en
estos últimos tiempos, la oferta ha sido mayor
de lo que la demanda puede asimilar. Eso es algo que
discutimos entre todos los representantse de las bandas
que estuvieron el sábado: parar un poco la pelota
para que los festivales no se transformen en algo tan
habitual que pierdan su impacto", reconoce.
Todo arrancó puntualmente con Vieja Historia.
El novel grupo ganador del concurso organizado por la
producción del festival, que los llevará
a Cosquín Rock, tocó varias de las canciones
de su disco debut, Album, para poca gente y bajo un
sol que no conocía de clemencias. Los argentinos
de La Mancha de Rolando, en tanto, recorrieron su cancionero
con entusiasmo y agradecimiento. Hereford sonó
como de costumbre -contundente- y Buitres hizo lo que
hace siempre: los grandes éxitos.
Lo mejor de la noche fue el concierto de No Te Va Gustar.
Con nuevo bajista y baterista, el grupo comandado por
Emiliano Brancciari hizo un efectivo y ajustado repertorio
que logró las respuestas más entusiastas
por parte de la audiencia. Hubo un par de temas del
nuevo disco, alguno del primero y aquellos que hacen
del grupo uno de los más convocantes: Al vacío,
Clara, Te voy a llevar y No era cierto, entre muchos.
NTVG, que empezó a tocar más o menos a
las 23.30, corrió con la ventaja de ser la penúltima
banda de la noche.
Para cuando fue el turno de La Vela Puerca, el cansancio
de tantas horas al sol, cantando, saltando y yendo de
acá para allá en la cancha, se hizo sentir
y el fervor y el entusiasmo ya no eran tanto. Es lo
que ocurre en los festivales, en particular cuando los
minutos de atraso entre una banda y otra se van acumulando:
cuando llega el turno del grupo final, el público
ya empieza a pensar en el regreso, el cansacio hace
lo suyo y lo que en el papel es un honor y da prestigio,
se convierte en una tarea más trabajosa y difícil
que la imaginada. Aún así, La Vela cerró
el festival con un más que correcto repertorio,
extraído de sus tres discos hasta la fecha y
un par de adelantos de lo que será su nuevo disco,
que saldrá a la venta en marzo, dicen.
ANÉCDOTAS
"ME DESMAYO". A Vieja Historia le
tocó la peor parte. Empezar a tocar cuando había
poca gente y a la luz de un sol que no daba tregua alguna.
"Pah, ¡qué calor!", exclamaba
entre tema y tema el vocalista, que se despidió
del público con un "Nos vamos. A ver si
podemos hacer la última canción antes
que me desmaye". Abajo del escenario entre la gente,
las condiciones eran idénticas que arriba: sofocantes.
"EL QUE VENGA". La admiradora de No
Te Va Gustar estaba con unas amigas y le rogaba a periodistas
o integrantes del equipo de producción si no
podían pedirle a Emiliano Brancciari que saliera
a saludar, sacarse una foto y firmar un autógrafo.
Alguien le dijo que podía ir hasta el "backstage"
pero que no conocía a Emiliano. "Bueno,
entonces cualquiera de NTVG, el que venga". Al
final, salió el saxofonista Mauricio Ortiz.
"GRACIAS MONTEVIDEO". El cantante
de La Mancha de Rolando estaba contentísimo de
estar de vuelta en Uruguay y junto a sus amigos de Hereford:
"Al `Chirola` lo conocí buscando un burdel",
dijo y mandó al frente al cantante. Luego, como
si fuera un personaje de la película Spinal Tap,
confundía la capital uruguaya con la del departamento
y agradeció a Montevideo varias veces antes de
darse cuenta que estaba en Trinidad.
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