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Balance y memoria de los jóvenes
CARLOS GALLO | JUEZ DE SILLA
El año que pasó fue disímil en cuanto al afianzamiento de jóvenes estrellas en el firmamento del tenis, con mejores resultados de los caballeros que de las damas.
Los de sexo fuerte consolidaron varios jugadores que concretaron todo lo que se esperaba de ellos, y en algunos casos produjeron resultados más allá de las expectativas. Tal el caso del joven nipón Kei Nishikori, que ganó Delray Beach ante James Blake y llegó a octavos del US Open, donde cayó ante la gran revelación del año, el tandilense Juan Martín Del Potro, quien no sólo ganó 4 torneos en fila, llevó a su país a la final de la Davis y llegó al Top 10 de la clasificación ATP. Un año redondo para el argentino al que sólo le faltó ganar la Davis, cosa que no sucedió por lesión de la Torre de Tandil.
Otros jóvenes que dejaron de ser promesas fueron el croata Marin Cilic, que también ganó su torneo debut sobre el cemento estadounidense, y el letón Ernest Gulbis, jugador atípico si los hay: hijo de un multimillonario petrolero, llega a los torneos en su jet privado y adora la música clásica. El 2008 no fue el de su explosión definitiva, pero sin dudas lo será esta temporada.
En nuestro país se registra el ascenso del joven Ariel Behar, integrante del equipo de Copa Davis y que está tratando de insertarse en el circuito profesional, quizás la más dura etapa de la vida de un tenista.
En damas, al revés de otros años, no se registraron apariciones fulgurantes y debemos destacar el final de temporada de Estefanía Cracium, quien superando lesiones tuvo en gran segundo semestre abriendo una gran esperanza para su 2009.
Ovación digital
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