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Luis Henderson
"El día que me dé pánico no me subo más; aún no llegó ese día"
MARIELA MUÑOZ DÍAZ
El piloto uruguayo tiene más de 25 años corriendo por el mundo y eligió al Dakar 2009 para retirarse. Tras haber abandonado durante la octava etapa por problemas mecánicos, Luis Henderson, esperará un año más, hasta el siguiente Dakar. Hace 15 años que comenzó a competir en cuatriciclos, también lo hizo en moto cross y en autos, pero asegura que lo que más disfruta es el "cuatri". En su primera participación en el Dakar, el uruguayo que compitió en la categoría "quad", contó todos los detalles de cómo vivió la carrera que alguna vez fue la última.
- Fue su primer Dakar. ¿Qué lo motivó a correrlo?
- La última vez que fui al médico me dijo: `tu esqueleto no aguanta más. Querés correr, te va a doler y no hay pastillas, no hay infiltración; no hay nada". Entonces, elegí esta carrera para que sea la última, pero como predico siempre que no hay que dejar las cosas por la mitad, y justo tuve que abandonar en la mitad, dije `bueno, le ponemos esfuerzo un año más`.
- ¿Sabía a lo que se enfrentaría?
- Había corrido unas carreras por La Pampa en las que me había ido bien. Conocía un poco los territorios, pero no sabía qué me iba a encontrar en los 700, 800 kilómetros que corríamos de enlace por día. Esperé otro tipo de camino, no esas rocas gigantes ni la arena pesada. Sentí miedo corriendo, pero creo que el miedo es un arma que tenemos para superar. El día que me dé pánico no me subo más. No llegó ese día y sé que no va a llegar.
- ¿Qué le sorprendió más?
- La gente acompañó mucho más de lo que pensé. Quedé muy sorprendido por la buena onda. Pero lo que nunca había visto fue una organización tan buena. Corrí en México, en España en Estados Unidos y nuca vi algo igual, es magnífico. Hay mucha gente trabajando que sirve. Pueden haber habido errores como el de Pascal Terry, pero son 520 inscriptos, el campamento es un circo que se mueve todos los días con tres mil personas.
- ¿Y en cuanto al paisaje?
- No te puedo contar nada, no vi la magnitud hasta después de que abandoné. Recién por la tele me di cuenta de lo duro que era, porque durante la carrera lo único que miraba era la ruta.
- Desde las primeras etapas fue público que tenía problemas con el cuatriciclo, ¿qué era lo que pasaba?
- En la primera etapa salí a medirme a fondo con los 29 que largábamos y llegue tercero. Pensé: di todo lo que podía dar y llegué tercero, esto va a estar muy difícil. Ya ese día rompí el tanque del cuatriciclo que había quedado muy lindo, pero muy mal, y eso complicó al equipo un montón. En la segunda jornada, empecé a tener problemas con el filtro y mientras los demás pilotos en las rectas andaban a 160 kilómetros por hora, yo iba a 120. Tuvimos que romper el programa que habíamos armado para la carrera y empezamos a arreglar lo roto y no a hacerle el servicio a lo que estaba bien. Los mecánicos se quedaron cuatro días sin agarrar una cama porque trabajaban toda la noche.
- Pero en la séptima etapa parecía que los problemas se habían acabado.
- Ese día quedé segundo y fue el primero que pude disfrutar, no por el resultado sino porque no tuve problemas. Si bien había mucho polvo, calor y frío, la disfrute. Pero después en Valparaíso, que teóricamente era para poner el cuatri nuevo, cometimos errores de principiante. No del rally porque corro hace 25 años, pero sí en el Dakar, porque era la primera experiencia para todos. No nos mantuvimos en lo que habíamos dicho, que era cambiar el motor y la suspensión. Pensamos que el motor estaba bien, y el motor de estar bien a estar mal fueron nada más que 140 kilómetros y ahí quedé afuera de camino. Fue espantoso.
- ¿Qué sintió en ese momento?
- Me sentí muy mal, muy triste. Ese momento fue complicado, porque era tanto tiempo de preparación, de trabajar y quedarte al costado del camino. Me puse a reflexionar y a pensar etapa por etapa. Yo había anunciado que era mi última carrera, pero bueno... ahora voy a anunciar que no lo voy a dejar por la mitad.
- ¿Qué significó el Dakar para usted?
- Lo viví de una forma muy especial, fue algo muy fuerte, lindo; realmente fue muy lindo. También fue muy duro, físicamente y psicológicamente. Es una carrera que demandaba mucho. A todo el mundo le encantó y todo el mundo dijo que era muy dura.
- ¿De qué se quedó con ganas?
- De llegar. Mucho sacrifico de mi familia, horas que no les dediqué, malhumores que me agarré con mis hijos y mi señora. Además, el equipo hizo un sacrifico gigante. Desde abril que nos estamos preparando. Yo me tengo que entrenar seis días por semana los último cuatro meses y ese momento en que rompés te desinflas, decís: `todo esto y quedé acá`. Es complicado digerirlo. Trato de sacar fuerzas de lo negativo para corregir.
- No le gusta dejar las cosas por la mitad, ¿confirma su participación en el próximo Dakar?
- Si se hace en Argentina y Chile o en Europa del Este, seguro lo voy a correr, pero si es en África creo que la despedida ya fue. Es más riesgoso, no en cuanto al camino, sino en lo que rodea, han habido atentados donde murió gente y no tengo 25 años para arriesgar tanto.
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