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EL ANÁLISIS por Jorge Savia
Si hace cinco años que no "entra" a la Copa y en los últimos diez salió sólo dos veces campeón uruguayo, "rompe los ojos" que el de Peñarol es un caso aparte: un desastre.
Sin embargo, lo que quedó más patéticamente expuesto el martes, cuando los aurinegros no pudieron ni siquiera ganar de locales, tiene también algo que ver con un problema general de nuestros cuadros.
Si la Santander Libertadores empieza entre fines de enero y comienzos de febrero, es imposible tener un mínimo de competitividad internacional después que los jugadores tuvieron 10 días de licencia y salieron "duros" del trabajo de pretemporada, ¡con no más de tres partidos de afinamiento sobre sus espaldas!
En el fútbol moderno, es impresentable; lo que vale también para Nacional y Defensor que empiezan a disputar la Copa la próxima semana: con una práctica contra San José y dos "partiditos" amistosos, se llega con la imagen que le dio Peñarol al periodismo colombiano, que habló de un "pobre cuadro uruguayo".
Así que alguien -o todos juntos: gremiales de entrenadores y jugadores, y dirigentes de la AUF- debería atender este "detalle": si hoy el fútbol nuestro no es un dechado de virtudes y, encima, todavía da ventajas…
¿Y vos que decís?
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