|
|
SIN PELOS EN LA LENGUA por J. Da Silveira
Así, el fútbol uruguayo, parece no tener cura
El jueves el Dr. José Luis Corbo presentó su renuncia al cargo de presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol y sumió a nuestro balompié en una nueva y profunda crisis de la que no se sabe cómo se saldrá, dada la actitud que han asumido los representantes de las instituciones de un tiempo a esta parte.
Después de sobrellevar el año pasado episodios tremendos, como el caso Pezzota, o el que se generó por la decisión del árbitro Líber Prudente en el partido Nacional y Villa Española, y hasta no jugar la última fecha del torneo Apertura en diciembre, Corbo consiguió que los clubes le votaran plenos poderes por 60 días para resolver los grandes temas de nuestro fútbol. Era la gran ocasión de pasar a la historia y sin embargo terminó por convertirse en la causa de la renuncia.
Se dijo que el martes pasado Corbo decidió dimitir tras recibir amenazas de muerte de parte de parciales de Villa Española, reunirse con Nelson Gutiérrez (director de Tenfield) para tratar temas como los derechos de televisión de las Eliminatorias para el 2014 y la forma en que se jugaría la temporada próxima, y de enterarse por la televisión que habrían retirado su apoyo Defensor Sporting, Danubio y Liverpool, lo que no aconteció.
Lo que sí existió fue una muy diferente actitud de los clubes ante los neutrales en este tiempo de plenos poderes. Los dos grandes, y en especial Peñarol, condicionado por la decisión de su Asamblea de Socios, presionaron y consiguieron resultados en dos rubros clave: la designación de integrantes de los tribunales y la modificación del artículo 23, que regula las sanciones por actos de violencia de los parciales, cambio resistido siempre en Asambleas de Clubes por la gran mayoría de las instituciones. Los demás, que no presionaron, se sintieron molestos y estaban dispuestos a esperar los 60 días para en Asamblea de Clubes volver a la redacción anterior del artículo 23. Por el texto de la renuncia parece haber sido esta posibilidad de revocar lo resuelto la gota que derramó el vaso, sumado a otros hechos mencionados. Así, el fútbol no tiene cura, como la Iglesia de Piedra Sola.
Ovación digital
¿Encontraste algún error? | « volver |