Lo que viene en adelante para Cuevas

CARLOS GALLO

La formidable actuación de Pablo Cuevas en Hamburgo ha generado variadas repercusiones.

Están los que pronostican un seguro y rápido acceso del salteño a lugares de privilegio en el ranking de la ATP, pero este cronista es más cauto.

Lo anterior está basado en el hecho de que en los últimos dos años Pablo llegó a principio de los mismos a semifinales del ATP 250 de Viña del Mar y luego poco de positivo hubo en el desarrollo de ambas temporadas, en los torneos individuales.

Posee el nacido en Concordia un excelente servicio, un muy buen juego de fondo, una más que aceptable volea y físicamente es un privilegiado; entonces ¿por qué no es top 50?

Sin dudas la respuesta pasa por su irregularidad, su falta de consistencia, por un déficit en jugar bien los puntos importantes y ganar los partidos que "debe" ganar. Si eso se da aumenta la confianza y se genera el "circulo virtuoso" del tenista: más triunfos, mejor ranking, más confianza, etc.

Hemos elogiado muchas veces y criticado las menos al salteño siempre según nuestro leal saber y entender, pero hacer futurología acerca de la carrera de la raqueta número uno de Uruguay no es correcto; más bien creo que el propio Pablo con sus actuaciones de aquí en más será el arquitecto de su destino.

Sí es obvio que está en condiciones de pegar el salto definitivo a los 50 mejores, cosa que me alegraría mucho por él y por el tenis de nuestro país, o volver a la irregularidad que fue la tónica de su carrera hasta la enorme actuación en el ATP de Hamburgo.