Pudo ser una goleada aún mayor

El sábado se cayó la estantería en el Estadio Centenario. Wanderers demolió a los tricolores con una exposición técnico-táctica de tal contundencia que el resultado, ya de goleada, pudo ser mayor.

Hubo una diferencia abismal. Desde el inicio los bohemios aparecieron parados 4-1-4-1 para pasar sin erizarse a 5-3-2- o 4-4-2 o 4-3-3- o 4-2-4 y ya con un jugador más al 4-1-3-2 o 4-1-2-3 y todo sin traumas, suave como una gamuza. Incluso cuando ganaban 3 a 0 y eran 11 contra nueve bajaron los 11 a su propio terreno para salir de contraataque.

Nacional, con un plantel bastante más cargado de nombres, fue una sombra que deambuló por el campo. Lento, repetido, no tuvo ideas ni creación adecuada para entrarle a la selva de camisetas blanquinegras. No salió por afuera, no pesó en el área contraria y en el medio perdió ante el toque y la superioridad de hombres rivales en esa zona. Wanderers fue una grata sorpresa y en Nacional se desnudaron aún más las dudas que dejaran en segundo plano victorias de corte espectacular como la obtenida sobre Defensor Sporting en cinco minutos o contra Liverpool y Racing dando vuelta el partido. No pudo con la postura bohemia y si la puntería del conjunto dirigido por Salvador Capitano hubiese sido mejor, ya en el primer tiempo la diferencia hubiera sido de más de un gol.

Los parciales tricolores no podían creer lo que estaban viendo. Los de Wanderers tampoco. Nacional fue menos que antes de la pausa del campeonato. La causa tendrá que desentrañarla el cuerpo técnico.