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El análisis por VÍCTOR HUGO MORALES
Hoy no se destruyen las ilusiones
Como los boxeadores que no chocan los guantes con su adversario al comenzar la pelea, así salió Ñulls frente a Boca. A los 18 minutos le había metido tres goles y Boca sólo pretendía levantar la guardia como pidiendo empezar de nuevo, sin entender las ínfulas de un adversario que se preveía más cauteloso. Eran tres goles pero podían haber sido cinco, y la sensación era de un ocho a cero de catástrofe para ese Boca que parecía un esquiador en la bajada después de la victoria contra Lanús.
Boca padeció de inmediato la bipolaridad del fútbol argentino. Les sucede a todos, hasta que en el subibaja la última fecha indique cual queda arriba para otorgarle el título de campeón.
Ambos volverán con toda naturalidad a los resultados contradictorios. Boca le meterá tres o cuatro goles a cualquiera y Ñulls dejará puntos inadmisibles.
La jerarquía, esa sustancia ausente del fútbol argentino es la argamasa que construye la emotividad que lo sostiene, el gran argumento para suscitar el disfrute de un campeonato que no destruye la ilusión de ninguna hinchada.
¿Y vos qué decís?
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