¿Qué le pasa al maestro Tabárez?

Papá el maestro nunca se ríe? Preguntó mi hijo adolescente después de ver una de las tantas conferencias de prensa de Tabárez en televisión. Lo vio en Fox, en Espn, en VTV, y en los canales abiertos.

Y siempre lo vio malhumorado. No importó que la conferencia fuese antes del debut ante Francia ni después del gran triunfo frente a Sudáfrica.

El maestro apareció con su gesto adusto y su mueca más característica: con la boca de lado y con respuestas irónicas.

¿Qué le pasa a Tabárez? ¿Qué es lo que lo tiene de tan mal semblante? ¿Las preguntas de los periodistas? ¿La presión que significa estar al frente de la selección?

Sólo él sabe la respuesta. Si se molestó por las preguntas de los colegas, es como para imitarlo. Habría que levantarse e irse. Los periodistas uruguayos obramos con honestidad, con respeto, con seriedad y jamás le faltamos el respeto.

Parecen exageradas sus actitudes y sus gestos, también sus ironías. Lo desconozco, no es el mismo Tabárez que conocí hace ya más de treinta años. Es una pena, porque detrás de cada pregunta, hay un enorme sacrificio económico y laboral. Y el maestro no lo respeta.