Un disparo en el pecho bastó para segarle la vida a un comerciante de 52 años que trabajaba en un carrito de comidas de Cipriano Miró y 8 de Octubre. La Seccional 15ª trabaja en el hecho, pero con pocas pistas.
La confusión gira en torno al asesinato de un comerciante de 52 años que el sábado en la noche recibió un disparo en el pecho de un arma 9 milímetros, mientras trabajaba en un carro de comida rápida de La Unión.
Según declaró el único testigo del hecho, dos desconocidos pasaron en una moto frente al carro y le efectuaron el disparo mortal, para luego darse rápidamente a la fuga.
Ricardo Rubén Melgarejo Gamarra fue trasladado al Hospital Pasteur, donde se le diagnosticó "herida de bala en el tórax, fallecimiento".
Según informaron a El País fuentes policiales, el testigo pudo aportar muy pocos elementos, porque de acuerdo a su testimonio, "estaba muy oscuro" y se encontraba a una distancia considerable del sitio donde ocurrieron los hechos.
Ahora, la Policía intenta determinar si se trató de un "ajuste de cuentas", pues los homicidas no se llevaron el dinero que se encontraba en la caja.
Sin embargo, tampoco se descarta que el comerciante se haya resistido a un asalto y que los delincuentes se "asustaran" tras efectuar el disparo.
ACUCHILLADO. En tanto, también murió ayer el indigente de 34 años que fuera hallado acuchillado el sábado en la intersección de Besares y Virrey Elío.
Efectivos de la Seccional 16ª de Policía vienen investigando este violento ataque a Jorge Darío López Portela, un minusválido que fue apuñalado con una saña inusitada en la cabeza y en situaciones poco claras.
La víctima, que tenía ambos brazos amputados, poseía dos antecedentes penales por hurto, de varios años atrás. Las fuentes consultadas confirmaron que se recuperó el arma homicida: un cuchillo de mesa con su hoja doblada, producto de la violencia con que el homicida atacó a la víctima.
López no pasaba desapercibido y era muy conocido por los vecinos, por pedir habitualmente monedas en la zona.
Al cierre de esta edición, la investigación policial giraba en torno a determinar si la víctima tenía problemas con alguien, ya que su muerte podría haber sido el resultado de un "ajuste de cuentas".