¿Prueba o la táctica del ruido?

Ayer en los Céspedes Juan Ramón Carrasco armó un revuelo colocando al brasileño Anderson Silva como centrodelantero entre los titulares, desplazando al "Tuna" Fornaroli a los suplentes y dejando al "Morro" García en el gimnasio.

El día después del soberbio triunfo de Peñarol por la Copa Libertadores, victoria que lo dejó muy bien posicionado para tratar de llegar a la final, me pregunto: ¿"JR" hizo un verdadero ensayo, para el caso de que se viera en la necesidad de recurrir a una medida de emergencia en el duelo ante Defensor Sporting, o metió mucho ruido? ¿No habrá sido una de esas decisiones al estilo de los viejos dirigentes en las que tras una gran consagración del eterno rival aparecía una noticia bomba para bajarle el impacto al logro deportivo?

Si no fue una viveza criolla, hay que decir que cuesta darle el aprobado a la decisión más sorprendente de todas las que Carrasco adoptó en los últimos tiempos.

Es cierto que no falló con Alexis Rolín, que dio en el clavo con Nicolás López, pero en esta oportunidad suena demasiado fuerte la opción de Anderson Silva como delantero cuando ni siquiera pudo cumplir con un papel decoroso cuando lo colocaron en su función habitual.