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El análisis por Jorge Savia
Ni milagro, ni lágrima, ma´ pero...
Seguramente, a San Genaro -patrono de Nápoles- no se le habrá caído ninguna lágrima, y menos aún de sangre, como si se hubiera producido un milagro, por ese contragolpe que le permitió a Peñarol sacar un empate del estadio San Paolo y, de esa manera, seguir redondenado una gira hecha medio "a lo pobre", y que en alguna medida se está pareciendo algo -no en el nivel de los rivales- a las de antes.
Sin embargo, por lo visto, a Peñarol le puede dar para tener fe en el "equipito" que Aguirre está manejando para el inminente comienzo del Uruguayo.
Al menos, como su idea clásica está, también parecen estar ciertos instrumentos clave para plasmarla; por ejemplo, el ida y vuelta que mostraron Corujo y Albín, jugando de volantes externos, por afuera del mediocampo.
En el caso del segundo, incluso, es donde mejor anda; o, al menos, donde no da ventajas.
Después, claro, en el resto falta, sobre todo adelante, pero esa jugada que "Maxi" Pérez definió en forma exacta, al hincha le puede dar como para creer; aunque a San Genaro no se le haya caído ninguna lágrima. Y menos aún de sangre.
¿Y vos qué decís?
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