Aguirre no pensó en los hinchas

Para retenerlo en el club, después de haber logrado una campaña formidable en la Copa Libertadores, hubo que prometerle el oro y el moro.

Voluminoso paquete de billetes, pero también los maravillosos bonus que hoy están de moda por todos lados. Para definirlo mejor, Peñarol hizo un enorme esfuerzo para hacer lo que tenía que hacer: retener a Diego Aguirre en la institución.

Y por encima del costo económico, los directivos estuvieron de acuerdo en responder a muchos de los petitorios que formuló la "Fiera". Que no es otra cosa que concederle un poder absoluto sobre diversos aspectos del diario vivir de la institución.

La fuerza empezó a quedar demostrada a partir de una movida que sacudió los cimientos: Aguirre le bajó el pulgar a la continuidad de Antonio Pacheco.

Al adiós del "Tony" le siguieron otros intentos de ajuste, cimbronazos que apuntaron a la labor en juveniles de Víctor Púa y al trabajo de la sanidad liderada por Alfredo Rienzi.

Al parecer, como eso no se dio y del otro lado aumentaron la oferta, se rompió el idilio. ¿Y los hinchas? ¿Y el club?