Los rebeldes que controlan la ciudad libia asediada de Misrata pidieron por primera vez la intervención de tropas occidentales terrestres para socorrerlos, en momentos que Seif al Islam, hijo de Muamar Gadafi se declaró convencido de la victoria del régimen.
Nuri Abdalá Abdulati, uno de los líderes insurgentes en esta ciudad ubicada a 200 km al este de Trípoli, declaró a la prensa la noche del martes que los rebeldes pedían el envío de soldados franceses y británicos, basándose en principios "humanitarios".
"Anteriormente, pedíamos que no hubiese ninguna interferencia extranjera, pero era antes que Gadafi utilizara cohetes Grad y aviones (...). A partir de ahora, se trata de una situación de vida o muerte", declaró.
El martes, la ciudad asediada seguía siendo escenario de intensos combates en que los partidarios de Gadafi disparaban contra las ambulancias, según un fotógrafo de la AFP.
Seif al Islam, hijo de Muamar Gadafi, se declaró por su parte "muy optimista" y seguro de que el régimen ganará. "Vamos a vencer", declaró en una emisión de televisión, asegurando que "la situación varía cada día en (nuestro) favor".
Un mes después del comienzo de la intervención de la coalición internacional, el 19 de marzo, el conflicto parece estancarse.
En Misrata, los aviones de la OTAN sobrevolaron la ciudad, pero la Alianza afirmó estar limitada por la utilización de escudos humanos por las fuerzas de Gadafi.
Francia que una vez mas dejó aparecer su irritación con la OTAN, anunció que iba a "intensificar" sus ataques aéreos.
No obstante, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, se declaró "totalmente hostil" a la una eventual intervención terrestre y el primer ministro François Fillon insistió en la necesidad de "encontrar una solución política".
De su lado, Londres prometió el envío de consejeros militares ante el Consejo nacional de transición (CNT), órgano oficial de la rebelión para ayudarle a mejorar su organización militar y logística.
En declaraciones a la BBC, el ministro libio de Relaciones Exteriores, Abdelati Laabidi, afirmó inmediatamente que tal iniciativa prolongaría el conflicto.
"Estimamos que toda presencia militar representa un paso atrás y estamos seguros que si los bombardeos (de la coalición) terminaban, con una verdadero alto del fuego, podríamos tener un diálogo sobre todo lo que los libios desean: democracia, reformas políticas, constitución, elecciones", dijo.
Desde mediados de febrero, el conflicto ha dejado unos 10.000 muertos y 55.000 heridos, indicó el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Franco Frattini, citando al CNT.
Estados Unidos anunció haber conducido más de 800 misiones aéreas desde que la OTAN asumió las operaciones el 31 de marzo.
El vicepresidente estadounidense Joe Biden estimó sin embargo que la OTAN podía prescindir de Estados Unidos en Libia. Según su opinión, Washington es más útil en otras operaciones como Pakistán o Egipto.
Paralelamente, la ayuda humanitaria internacional seguía intensificándose en el país.
Por su lado, la Organización internacional para las Migraciones (OIM) anunció una tercera operación de evacuación de migrantes bloqueados en Misrata, en los próximos días, donde 4.000 de entre ellos siguen bloqueados en condiciones desastrosas.
AFP