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Censo 2011. Una población que no crece impacta en el empleo y en la radicación de capitales, advierten empresarios Especialistas señalan que es una oportunidad para reorientar recursos
DÉBORAH FRIEDMANN
La escasa variación poblacional de Uruguay y el envejecimiento que registra puede afectar la radicación de inversiones y el crecimiento económico. A su vez, es una oportunidad para destinar recursos en mejorar la educación y atraer inmigrantes.
Si bien el censo no finalizó, los datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), con 96% de los domicilios relevados, dan cuenta de una realidad que los especialistas ya anticipaban: Uruguay no tuvo una variación significativa en su cantidad de habitantes.
Hasta ayer se había relevado a 3.086.766 personas. El censo anterior de 2004 -que implicó solo contar la cantidad de personas y consultar su sexo- registró 3.241.003 habitantes. Además de los domicilios que restan consultar, los datos serán luego ajustados por los técnicos, quienes toman en cuenta diversas variables, en particular la omisión, para llegar al número final de población, explicó a El País el demógrafo y economista Juan José Calvo.
El experto cree que una tasa de crecimiento pequeña es para Uruguay "mucho más una ventaja que un problema". A nivel internacional, sostuvo, hay casos de todo tipo: países con escaso o nulo crecimiento poblacional y desarrollo económico importante y también situaciones inversas.
Según Calvo las teorías demográficas y económicas, incluso la tesis de los organismos multilaterales de crédito, suelen observar el crecimiento demográfico "más como un problema que como una solución". Eso se debe a que una población que crece rápidamente exige un desvío de recursos importantes en infraestructura, como escuelas y carreteras.
En cambio, una población que aumenta muy lentamente, como la de Uruguay, permite poder decidir destinar recursos a áreas que se creen convenientes, como la educación. "Si nuestra cantidad de escolares y liceales creciera cada año 5% estaríamos destinando más recursos en nuevas escuelas y no podríamos implementar más escuelas de tiempo completo o el Plan Ceibal. Se pudo implementar porque el país tiene esta matriz", dijo.
Agregó que "muchos economistas han desarrollado la idea de que familias con descendencias pequeñas permiten una mayor inversión per capita y un retorno más alto".
Calvo también mencionó desventajas del escaso crecimiento poblacional. "Están vinculados al cambio de la estructura por edades, más presión a quienes están en edades activas, a mucha presión al sistema de jubilación y al sistema de salud", señaló. También hay teorías que señalan que cuanto más población, mayor es la probabilidad de contar con más personas más talentosas.
ESCALA. A su vez, Calvo se refirió al "clásico argumento uruguayo de que la pequeñez demográfica implica que no se inicien procesos en el campo económico que requieren determinada escala".
Ese fue justamente uno de los puntos mencionados por el gerente de la consultora Advice, Federico Muttoni, al hacer referencia sobre las consecuencias de la situación demográfica de Uruguay. "El impacto de tener una población que no crece a lo largo de los años en el área de trabajo y empleo es bastante significativo", sostuvo.
Si Uruguay quiere crecer, estimó, uno de los caminos más interesantes es buscar inversiones extranjeras directas que generen empleo de calidad. "Muchas empresas internacionales se cuestionan si Uruguay podrá satisfacer el número de puestos requeridos para tal o cual inversión, debido a que también se preguntan si el sistema educativo forma el número suficiente de profesionales en las áreas que necesitan y con los idiomas que necesitan", indicó el experto en análisis del mercado laboral.
Según Muttoni, Uruguay "ya ha perdido proyectos grandes por la escala. La escala no es el tamaño del territorio sino el tamaño demográfico del país y justamente poder proveer la gente adecuada".
Actualmente hay empresas que traen personal del exterior y a su vez "no hay gente para trabajar en el agro ni en la construcción", rubros que compiten por la mano de obra.
"Solamente por mantener el nivel de actividad económica que hemos logrado hasta ahora y salvo una modificación radical de determinados patrones económicos y condiciones públicas, existe la posibilidad de dejar sin cubrir cientos de puestos de trabajo en el mediano y largo plazo por las características demográficas de Uruguay si no hay cambios", advirtió. Las medidas aconsejables, dijo, podrían incluir fomentar la inmigración, el trabajo de las personas de edad más madura y capacitar mejor a los desempleados.
Por su parte, David Ruben Flom, arquitecto, director de WTC Free Zone e integrante del directorio de Marciry S.A. (desarrolladora del complejo World Trade Center Montevideo), consideró que un país con muy poca población como Uruguay, y por tanto con un mercado laboral muy reducido, debería generar mayores recursos si aspira a seguir creciendo. Para ello, estimó, es "imprescindible" disponer de suficientes y calificados recursos humanos.
Flom consideró que uno de los principales desafíos es que Uruguay crezca cuantitativamente. Para ello opinó que debe centrarse en favorecer "muy decididamente" el retorno de los uruguayos que emigraron y también fomentar la inmigración de gente "que pueda insertarse adecuadamente en nuestra sociedad".
"Si no logramos consolidar a la brevedad este proceso de `repoblación`, nos va resultar muy difícil sostener el crecimiento actual y evitar que nuestra población promedialmente envejezca año a año", advirtió.
MEDIDAS. Para países con tasa de crecimiento muy baja hay dos tipos de políticas que pueden aplicarse para intentar mitigar la situación: fomentar la inmigración y la natalidad, dijo Mariana Paredes, socióloga, demógrafa y docente del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales.
El fomento de la natalidad puede colidir con los derechos reproductivos, es decir, el querer o no tener más hijos. Lo que sí se tiende a desarrollar a nivel internacional son políticas que acompañen los deseos de los habitantes.
Por ejemplo, dijo Paredes, en Uruguay se registra una doble insatisfacción: las mujeres de mayores recursos dicen que quisieran tener más hijos y las de menores ingresos que preferirían tener menos. "Si se contemplara eso debería haber políticas de conciliación de la vida laboral con vida familiar, como políticas de cuidado, cambios en la licencia por maternidad o paternidad", estimó la experta. Comentó que países como España "premian" con descuentos a familias con tres hijos o más.
A su vez, consideró el envejecimiento poblacional debe ser abordado. Para Paredes es necesario "fomentar un buen entorno" de los adultos mayores, que implica, desde que las calles sean amigables para transitar hasta mejorar sus redes. "Tenemos muchos más pediatras que geriatras y más adultos mayores que niños. No hay formación de recursos médicos que estén preparados para tratar el tema desde una perspectiva integral", advirtió.
El 21 de noviembre el INE difundió las siguientes tendencias:
SEXO El 52,2% de la población son mujeres.
EDADES El 21,7% se encuentra entre 0 y 14 años, el 29,2% entre 15 y 34 años, el 35,0% entre 35 y 64 años y el 14,1% tienen 65 o más años.
INMIGRACIÓN El 2,4% de las personas censadas han nacido en el exterior. En los departamentos fronterizos con Brasil (Rivera, Cerro Largo y Artigas) se observa un claro predominio de los extranjeros nacidos en ese país, mientras que en los departamentos fronterizos con Argentina (Colonia, Soriano, Río Negro y Paysandú) se incrementa notoriamente el porcentaje de población nacida en la vecina orilla.
MIGRACIÓN El 22,4% de las personas residen habitualmente en un departamento distinto al que nacieron. Este porcentaje es superior a la media en Canelones (38,6%), Maldonado (38,6%) y San José (26,2%).
PRIMERA INFANCIA El 63,6% de la población de entre 0 y 3 años no asiste a ningún centro de educación inicial.
JÓVENES Las personas entre 15 y 29 años representan el 63,8% de los que asisten a centros educativos y 32,5% son las personas entre 20 y 24 años.
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