La torta no alcanza para todos

Precisan plata (los clubes) porque no tiene recursos y no encuentran mejor manera de sobrevivir que agarrar lo primero que les ofrecen.

Como la necesidad los agobia y ya demostraron que no son capaces de valerse por ellos mismos, lo que hacen es aceptar el préstamo (no es otra cosa que eso) para sacarse la soga del cuello por un ratito. Claro, a los seis meses vuelve a empezar la misma rosquita de siempre y este fútbol sigue caminando en un mar de pobreza franciscana.

Algún día van a entender que tienen la obligación de explotar al fútbol como una empresa y, entonces, se avivarán para sacar el mejor rédito posible de todo. Y no solo de la venta de los derechos de televisión.

Claro, hay un elemento clave en todo esto y es que el fútbol uruguayo ya no resiste que tenga tantos equipos en Primera división y mucho menos con una invasión capitalina. La torta, que no es muy grande, no se puede repartir entre tantos. No da. Quizás en algún momento dejan de lado las concesiones amistosas, las soluciones mágicas que están atadas con alambre y de verdad se adoptan decisiones profesionales.

¿Llegará ese día?