|
Desde el arco por José Mastandrea
La Copa es la Copa. Y no es una frase más, tampoco una frase cualquiera. Nació el mismo día que empezó a jugarse la Libertadores de América y sigue vigente hasta el día de hoy.
La Copa es la Copa. Y no hay vuelta de hoja. No es igual a los torneos locales, y ni se le acerca a la nueva Sudamericana.
La Copa es diferente. Por el entorno, por lo que mueve, por lo que significa. Por lo que ha sido en la rica historia de los grandes del fútbol uruguayo.
La Copa es otra cosa. Por eso las derrotas duelen más y las victorias se disfrutan como nunca.
El jueves, el Uruguay futbolístico quedó en silencio, dolido, abrumado por dos resultados tan injustos como inesperados.
Nacional, que había hecho terrible partido en Río ante Vasco, cayó en su casa ante un Libertad que no mostró casi nada. Sólo contundencia.
Peñarol, que venía de clasificar con luz ante el Caracas, perdió en forma poco creíble en Mendoza con un Godoy Cruz que llegó dos veces y le ganó.
La Copa recién comienza, es cierto, pero si los grandes dejan pasar oportunidades como las del jueves, tendrán vuelo corto en esta Libertadores. Una pena, por cierto.
El País Deportivo
¿Encontraste algún error? | « volver |