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DESDE EL ARCO por José Mastandrea
El "Tito" Goncálvez vivió su noche soñada. Y tuvo su recompensa: la hinchada coreó su nombre y el equipo le respondió en la cancha. Goleó a Bella Vista 4 a 1.
Nació, se crió y creció en Peñarol, como hombre y como profesional.
Conoció el club apenas empezó a caminar, cuando su padre Néstor, histórico capitán y leyenda viviente de los aurinegros, lo llevaba a los entrenamientos en Los Aromos.
Después hizo todas las formativas y ascendió a Primera División.
Fue campeón uruguayo y campeón de la Copa Libertadores antes de cumplir los 20 años.
Es hincha. De esos hinchas que tuvieron la suerte de poder jugar y defender la enseña de sus amores.
El miércoles le llegó su gran oportunidad. Siempre postergado, nunca reconocido, le dieron la responsabilidad de dirigir interinamente el equipo de Primera División. Y salvó el examen con creces.
Generó cambios tácticos y de actitud en muy pocas horas de trabajo. Y le demostró a todos que puede, que tiene armas y conocimientos, que está capacitado para dirigir a Peñarol y cualquiera.
El purrete que apenas caminaba por Los Aromos tuvo su noche soñada. Y todavía no se despertó...
Ovación
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