Imposible olvidarse de Wynants

Londres tuvo la grandeza de acordarse de los campeones olímpicos. De mostrarle a las nuevas generaciones los nombres de aquellos deportistas que escalaron a lo más alto del escalafón mundial gracias a su voluntad, empeño y dedicación.

Honrar a esos gallardos atletas provoca satisfacción, porque es la mejor manera de confirmar que su legado está vigente.

En lo que refiere a Uruguay, el pecho se ensancha porque en ese rico pasado hay sangre charrúa y porque es una alegría enorme que el reconocimiento llegue desde el lugar que albergará a la gran cita del deporte mundial.

Tanta satisfacción por encontrar a José Leandro Andrade, José Nasazzi y Héctor Scarone en 361 ídolos eternos no nos hace olvidar las labores de otros fenómenos del deporte.

Por haber sido testigo de su fabulosa labor en el velódromo de Sydney, el nombre de Milton Wynants lo colocó por encima de muchos otros. El sanducero fue capaz de acelerar el corazón a un ritmo alocado, porque fue magnífico verlo rodar para llegar a la medalla de plata. Mucho más cuando la bandera llegó al podio. Deslumbrante.

¿Y vos qué decís?

www.ovaciondigital.com.uy