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Calificación recuperada. Uruguay había perdido el grado inversor en 2002 | Para el gobierno era lo que faltaba para dejar la crisis atrás | Calificadora espera que gobierno pueda manejar contexto adverso
FABIÁN TISCORNIA
La calificadora de riesgo Standard & Poor`s (S&P) devolvió ayer a Uruguay el grado inversor que le había quitado el 14 de febrero de 2002. En el gobierno, el logro se tomó con satisfacción y se remarcó el rezago en subir la nota uruguaya.
El 18 de junio de 1997 S&P le daba por primera vez a Uruguay el grado inversor al subirle la nota de BB+ a BBB- (al igual que ocurrió ayer, el escalón más bajo dentro del grado). En ese momento, la inflación era de 21% en los últimos 12 meses y venía bajando tras haber superado el 100% seis años antes, el gobierno todavía no había realizado emisiones de deuda a largo plazo y solo cinco años antes había emitido su primer bono en el mercado internacional. Además, faltaba poco tiempo para que se desatara la crisis de los llamados "tigres asiáticos" con la devaluación de Tailandia, seguida por Filipinas, Singapur y Malasia.
Ayer, cuando Uruguay recuperó el grado inversor tras haberlo perdido el 14 de febrero de 2002 (ver aparte), la inflación en los últimos 12 meses llegaba a 7,48%, las emisiones de deuda en dólares, yenes y Unidades Indexadas a la inflación a plazos largos son habituales y el mundo atraviesa por la crisis de deuda europea.
"Esto es volver después de una crisis, Uruguay cayó y se levantó", dijo a El País, Carlos Sténeri que en 1989 fue designado representante financiero de Uruguay en Washington y luego fue director de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía hasta 2010. Cuando Uruguay perdió el grado inversor "era todo tan rápido, tan dinámico (en la crisis) que nosotros, las agencias y el mercado estábamos superados por los acontecimientos", dijo.
El anuncio de S&P en la tarde de ayer de que se subió la calificación de la deuda uruguaya de BB+ a BBB- (por ende grado inversor) fue tomado con "satisfacción" en el gobierno y como el reconocimiento a lo que el mercado ya había dictaminado con las bajas tasas de interés que "pide" a los bonos uruguayos.
"Esto a Uruguay le hace bien" porque lo "vuelve a poner como noticia en el mundo" y para la "atracción de inversión es muy importante", dijo a El País el vicepresidente de la República, Danilo Astori. "Quiso la vida que la misma calificadora que dio el primer paso para bajar la nota, es la misma que da el primer paso para subirla. No tengo dudas que Moody`s y Fitch -las otras agencias que ubican a Uruguay a un escalón del grado inversor- van a seguir el mismo camino y en poco tiempo", añadió.
Para el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, la recuperación del grado inversor "es como que le pone el final a la etapa de la crisis de 2002".
"Muchas de las cosas que habían impactado habían sido revertidas, pero faltaba la devolución del grado inversor" afirmó en diálogo con El País.
Lorenzo dijo que aún Uruguay podría estar con una nota mejor dentro del grado inversor ya que su situación actual "es comparable a otros países de la región que ostentan más nivel que el nuestro". Por eso "tiene camino para recorrer", agregó.
¿Qué efecto puede tener recuperar el grado inversor?
Para Astori "es importante" para la "apertura de Uruguay al mundo y la atracción de inversiones" ya que del lado financiero "no cabe esperar por ejemplo modificaciones en tasas, plazos y condiciones de la deuda porque el mercado ya lo asumió".
El presidente del Banco Central, Mario Bergara dijo a El País que esto "abre una gama de inversores institucionales" en deuda uruguaya como "fondos de pensión estadounidenses y europeos" que no estaban, ya que algunos solo pueden comprar títulos de países con grado inversor. Destacó además que permite estar en el "grupo de países mejor comportados", que es "un sello que está bueno tener".
En tanto, el ministro de Economía, indicó que con esto "el peso del endeudamiento se vuelve menos oneroso, lo que significa menos esfuerzo y menos sacrificio de los uruguayos para pagar intereses (de deuda) y al momento de tomar nuevo endeudamiento, que un país como el nuestro necesita", expresó.
Además, enfatizó que no habrá cambios en la política que busca desdolarizar más la deuda, estirar los plazos y reducir endeudamiento con organismos multilaterales de crédito.
La directora de la Unidad de Gestión de Deuda, Azucena Arbeleche, apuntó a otro factor y es que en momentos de turbulencias financieras tener grado inversor sirve como diferenciación frente a otros países. "En un escenario de volatilidad los inversores se desprenden primero de la deuda y activos con menor calificación de riesgo", dijo a El País Digital.
El analista de S&P para Uruguay, Sebastián Briozzo dijo a El País que "los efectos no se dan quizás inmediatamente, pero sí a lo largo del tiempo" en una "menor volatilidad" en el precio de los bonos.
CUIDARLO. Sténeri remarcó que "cuando tenés el grado inversor no es algo que tenés por siempre, hay que preservarlo".
Bergara afirmó que haber recuperado el grado inversor "no es por lo hecho en los últimos 15 días, sino que es todo un proceso" que comenzó con la "salida de la crisis en 2003-2004 en adelante" con reformas que se hicieron.
Briozzo resaltó que se vieron "mejoras importantes" en el manejo de la economía uruguaya y el "respaldo amplio" a esa orientación económica para elevar la nota. Señaló que está la "chance de ver cómo las autoridades responden a un sector externo complicado" y remarcó que Uruguay tiene "cierta solidez para enfrentar fenómenos externos adversos".
En el comunicado S&P señaló que "a pesar de los recientes avances, la flexibilidad de la política económica en Uruguay seguirá restringida por la dolarización (los depósitos en dólares todavía representan el 72% del total) y la limitada flexibilidad fiscal. La inflación ha tendido a estar por encima de los niveles de los socios comerciales, con el 7,2% proyectado".
Lorenzo reconoció que si bien quedan aspectos para mejorar, aun así se reafirma "en todas y cada una de las consideraciones" que realizó cuando criticó a las agencias de riesgo por calificar a Uruguay "por debajo de lo que merecía". Esas son la solidez financiera, fiscal y la calidad institucional del país.
Los analistas destacaron la carta de presentación que representa el grado inversor en el mundo para Uruguay y el efecto positivo que se puede conseguir mediante la llegada de más fondos de inversión. El socio de Deloitte Pablo Rosselli dijo a El País que esto "amplía el número de inversores que puedan acceder a deuda y proyectos uruguayos y que antes no podían porque entre sus exigencias regulatorias estaba el invertir en lugares con grado inversor, tales como fondos de pensión de otros países". También resaltó el significado en la apertura a fondos que puedan financiera obras de Participación Público Privada. Agregó que "aún si en el corto plazo no vemos cambios en los bonos, no se descarta un aumento en los precios y una baja en la tasa de interés". En línea con Rosselli, el economista Ramón Pampín de PricewaterhouseCoopers dijo que con el anuncio "ganamos en poder para acceder a los fondos más miedosos que exigen a sus administradores posicionar portafolios en alto porcentaje en papeles grado inversor". Para Pampín si bien por el lado del mercado los inversores "ya hacían una asignación de riesgo de los papeles uruguayos a nivel de grado inversor" con el anuncio el país ganó "la chapa". "La chapa facilita y ahorra explicarle a un inversor, desde el que quiere instalar un negocio al que quiere comprar un papel, dónde está parado el país en materia macro".
En tanto el analista Aldo Lema de Vixion Consultores remarcó a través de su cuenta de Twitter que el retorno de Uruguay al investment grade "se debe al buen manejo de deuda más que a un buen manejo fiscal". Destacó la "exitosa reestructuración de deuda de 2003" y dijo que "los equipos económicos desde 2002 a hoy merecen el reconocimiento".
Por otra parte recordó que en 1997 cuando Uruguay llegó a grado inversor "la futura crisis se estaba gestando". En este sentido, "para no repetir la historia superávit fiscal es necesario".
Carlos Sténeri, exdirector de la Unidad de Deuda.
Danilo Astori, vicepresidente de la República.
Uruguay obtuvo el grado inversor por primera vez, el 18 de junio de 1997, cuando la calificadora de riesgo Standard & Poor`s (S&P) le otorgó la nota de BBB- (la misma que le dio ayer) a la deuda del país.
Pocos meses después de haber obtenido el grado inversor, Uruguay hizo su primer emisión de deuda a largo plazo, con un bono global en dólares con vencimiento a 30 años y por US$ 300 millones.
El 11 de enero de 2002, S&P le bajó la perspectiva a la deuda uruguaya de "estable" a "negativa" y le mantuvo la nota de BBB-, con lo que el país igual ostentaba el grado inversor.
Casi un mes después, en la tarde del 14 de febrero de 2002, S&P le bajó la nota a la deuda a BB+, con lo que Uruguay perdió el grado inversor. En las semanas y meses siguientes, las agencias Fitch y Moody`s siguieron los pasos.
Entre junio y julio de 2002, se desató la parte más fuerte de la crisis con la devaluación del peso, el feriado bancario con el cierre de los bancos Comercial, Caja Obrera, Montevideo y de Crédito y el riesgo país llegó a un máximo de 3.099 puntos.
El 16 de mayo de 2003, Uruguay concretó un canje voluntario de deuda al obtener el respaldo del 90% de los tenedores de los títulos. Para ese entonces, Uruguay estaba calificado como país en default.
Luego de eso, la nota de la deuda uruguaya empezó a mejorar hasta que el año pasado se posicionó a un escalón del grado inversor.
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