No come pan dulce; sigue con el budín inglés

DE CONTRAGOLPE POR JORGE SAVIA

Está bien, es su trabajo. Si el fútbol británico juega y no para como el del resto del mundo por las fiestas tradicionales, Luis Suárez -le guste o no- tiene que seguir jugando.

Sin embargo, ahí está el punto: cómo se le vio ayer; más allá de los dos goles que le hizo el Queen Park Rangers: pleno, física y mentalmente exuberante. Metido en cuerpo y alma en lo que hace.

Algo parecido pasó luego del Mundial: 15 días después, con la señora esperando familia en España, él jugaba en Ajax como si nada. Sin mal de ausencia, sin nostalgia, al menos visibles como para afectar su eficacia. Eso, también, es ser crack; o, si acaso, la clave.