Haciendo fuerza para que el nene entre a la cancha

SILVIA PÉREZ

"¿Qué pasa que no juega el "Maxi?", preguntaban durante los últimos días los clientes del negocio de ropa interior que los padres de Arias tienen en Villa Muñoz.

Es que a pesar de su corta edad, tiene sólo 20 años, "Godzila" ya lleva jugados trece clásicos en Primera División. Y, por lo general, juegue en la posición que juegue, rinde, por eso la sorpresa de los clientes de la tienda por su ausencia.

"Esta vez vamos a sufrir el doble porque no juega. Estaba bastante bajoneado y nosotros también, pero tratamos de apoyarlo. Además, como su corazón es de Peñarol va a cinchar desde ahí y su corazoncito va a estar con cada jugador", dijo Serrana.

"Esta vez le pidió al técnico para jugar en su puesto, quiere jugar definitivamente en el medio, y eso puede haber influido en la decisión de Saralegui. Mario lo estaba utilizando en la defensa, pero varios jugadores de antes, gente mayor, le hablaron y le recomendaron que tenía que definirse en un puesto porque eso le hacía mal. Porque aunque a veces jugar en varios puestos te puede favorecer, también puede perjudicarte. Él lo pensó y lo habló con Mario", contó Serrana.

No se pierde un solo partido de su hijo y fue siempre así, desde que defendía al club Alumni en el baby fútbol. Allí lo vio Néstor Goncalves hijo y lo llevó a Peñarol.

"Maxi" es hincha fanático de los aurinegros, hasta hace poco iba a la tribuna Amsterdam como un hincha más y a los ocho años entró por primera vez a la cancha de la mano de Gabriel Cedrés. Es más, cuando debutó en Primera utilizaba el número 18 en su camiseta, en homenaje al "Gaby".

Serrana, que siempre se ubica en el palco junto a su esposo, no se pone muy nerviosa. "Vivo los clásicos de manera bastante normal. Además, como en ese tipo de partido siempre le salen las cosas no tengo por qué preocuparme. El que se pone como loco es el padre. `Maxi` pone ese plus ultra que él dice que tiene. Ese carácter".

Antes de irse a concentrar a Los Aromos, Arias, que sigue siendo un niño, escribió en perfecto inglés la carta para Papá Noel, o como él puso, Santa Claus, y la dejó disimuladamente en el árbol.