River Plate recuperó la sonrisa frente a Bella Vista. No sólo ganó el clásico del Prado sino que trepó en la tabla y hundió un poco más a su rival de turno en la del descenso.
Llevó un tiempo y medio la recuperación darsenera pero valió la pena. Todo comenzó con el gol de William Klingender a los 54 minutos y siguió con dos golazos de Henry Giménez a los 73 y 80 minutos. Con ese contundente 3 a 0, River volvió a reencontrarse con lo mejor de su pasado. Fútbol veloz, explosivo, de buen trato de pelota e infalible a la hora de definir. El "tiqui-tiqui" de Juan Ramón Carrasco pegó la vuelta cuando nadie lo esperaba, justo frente a Bella Vista. El "papal", en racha perdedora, logró el gol de honor a dos minutos del final. A esa altura, poco podía hacer.