|
|
|
||||||||
Los amos
Phelps, Bolt e Isinbayeva se apoderaron del 2008El deporte tuvo dueños
Los Juegos Olímpicos siempre dejan una huella profunda. En el caso de Beijing 2008, el evento deportivo del año que pasó, grabó a fuego tres nombres en la historia del olimpismo y del deporte todo: Michael Phelps, Usain Bolt y Yelena Isinbayeva. Fueron los amos. Se llevaron todos los elogios. Y de manera más que merecida.
Antes de los Juegos, se hablaba del reto del nadador estadounidense Phelps. Competía en ocho pruebas e iba por los ocho oros para adueñarse de la marca histórica de preseas doradas en unos mismos juegos. Y una a una las fue ganando, haciendo gala de su sobrenombre. El "Tiburón" devoró cuanta marca mundial se le puso adelante en la piscina del "Cubo de Agua" de China. Consiguió las ocho medallas que buscaba e hizo que Beijing 2008 fuese bautizado como "los Juegos de Phelps".
Claro que no fue el único que dio qué hablar. La prueba reina de los Juegos Olímpicos, la de los 100 metros llanos, prometía una lucha de titanes en la pista de atletismo del "Nido de Pájaro". Pero Usain Bolt se encargó de monopolizar las miradas. A paso feroz, más que veloz, recorrió los 100 metros en 9,69 segundos, tiempo que le dio para ganar, para marcar un récord mundial y hasta para festejar en medio de la prueba ante la atónita mirada de los 90.000 presentes en las tribunas, de los millones de televidentes que esperaban algo más del resto de los atletas y algo menos del veloz jamaiquino. Bolt se constituyó en el hombre más veloz del mundo, lugar que parece tener asegurado por algunos años más.
Phelps y Bolt fueron los reyes de Beijing 2008 y por ende del año deportivo. Pero no podía faltar una reina e indiscutiblemente la corona le pertenece a la rusa Isinbayeva. La saltadora no encuentra rivales más que ella misma. No fue a China simplemente a ganar la medalla de oro. Fue a superar su propio récord mundial por 24ª vez. Y lo consiguió, claro. Le pusieron la barra a 5,05 metros del piso y allá corrió con su garrocha hasta tocar el cielo con las manos, escribiendo su nombre con letras de oro en la historia del deporte.
Phelps, Bolt e Isinbayeva. Esos fueron los apellidos más destacados del mundo deportivo en el año que se fue. El 2008 tuvo sus amos.
Michael Phelps, Usain Bolt y Yelena Isinbayeva fueron tres de los principales protagonistas de los Juegos Olímpicos de Beijing, al ganar un total de 12 medallas de oro. Pero además, en 11 casos fue con récord mundial incluido. El nadador estadounidense se quedó con los oros de las ocho pruebas en las que compitió, batiendo el récord del también nadador Mark Spitz (1972). El corredor jamaiquino consiguió la medalla dorada en 100 metros, 200 metros y relevo 4x100. Mientras que la atleta rusa se quedó, como se preveía, con la presea de oro en salto con garrocha.
Le correspondía arrojarse a la pileta del "Cubo" en tercer lugar, a nadar mariposa. Estados Unidos no lideraba la prueba de 4x100 combinados hasta que el "Tiburón" Michael Phelps se devoró a sus rivales y le dejó el camino libre al último compañero para liquidar la carrera y hacerse de una nueva medalla de oro. Pero esa era una presea muy especial. Era la que lo convertiría en leyenda.
El nadador estadounidense llegó a Beijing con un objetivo claro: superar al también nadador estadounidense Mark Spitz, quien en 1972 había ganado siete medallas de oro. "No hay nada imposible", había dicho días antes de la ceremonia inaugural.
Y lo logró, transformándose además en el deportista con más medallas olímpicas en la historia: 16, 14 de ellas de oro. Nada mal para un chico que se inició en la natación porque fue la manera que sus padres encontraron para controlar su hiperactividad sobre el final de su niñez.
Luego de tamaña gesta deportiva se habló de suculentos contratos millonarios, de posibles dopajes con sustancias aún no descubiertas, de los "súper" trajes de baño utilizados. Pero nadie podrá desconocer que los Juegos Olímpicos de 2008 llevarán para siempre un nombre y un apellido: Michael Phelps.
El mundo entero se rindió a los pies de este humilde muchacho nacido en Baltimore el 30 de junio de 1985. Y cómo no hacerlo si se trata de un fenómeno cuyo logro irá acrecentando su relevancia con el paso del tiempo. Para ganar ocho oros nadó 80 kilómetros por semana durante meses. Se preparó con la mirada puesta en un récord y se lo devoró con la ferocidad de lo que es: un "Tiburón".
Ovación digital
| « volver |
El actual fútbol uruguayo es único. Es el más politizado del mundo, es el que tiene récord de tribunales y comisiones, sobrevive ...
Se celebró la Corrida Internacional de San Silvestre en San Pablo. Al igual que en el 2007, participaron de la mayor prueba de ...
La movida rugbística del año comenzará mañana con el Seven de Punta del Este en su vigésima disputa. El Campus de Maldonado dará ...
Para quien ama el mundo del deporte no hay nada más embriagador que ver en acción a los mejores atletas, a las super estrellas, a ...