Primero un sueldo, pero después otro

J. S.

Con los zagueros Nacional vivió una situación que, en determinado momento, en la interna -no hace mucho, cuestión de días, si acaso- fue definida como "complicada".

Es que Pablo Melo tenía un sueldo considerado "alto": 12.500 dólares mensuales. Por esa razón, entonces, quedó en libertad de acción, dando lugar a otra circunstancia: cuando Melo ya se había ido, Mauricio Victorino no integraba el plantel, ni hacía la pretemporada en Colonia, sino que quedó en Montevideo entrenando en forma diferenciada, "apareció" Deivis Barone, con el pase en la mano del Unión Maracaibo.

El zaguero, entonces, por su anterior vinculación con Nacional, dio señales claras en la sede que quería quedarse y, a su vez, conformes con su anterior pasaje por el club, los tricolores se mostraron proclives a reincorporarlo.

Sin embargo, Barone solicitó un salario de 12.500 dólares mensuales, lo que a la dirigencia le pareció alto. Fue en esas circunstancias que en el escenario se produjo un giro de 180 grados: Romero no pudo irse, Victorino arregló con el club mexicano al que pertenece su pase para quedarse en Nacional y, por consecuencia, desapareció el "desierto" en la zaga que Barone encontró a su llegada. Con ese panorama, el zaguero bajó sus pretensiones económicas; pero ya era tarde...