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MELBOURNE | AP
Sin dar muestras de la lesión en la rodilla que le afectó al cierre del año pasado, Rafael Nadal arrancó a todo vapor su campaña en el Abierto de Australia al propinarle una paliza 6-0, 6-2, 6-2 al belga Christophe Rochus.
Nadal fue como un torbellino, apenas cediendo ocho puntos en los seis games del primer set. Cuando Rochus logró finalmente anotarse un game, los aficionados que llenaron el Rod Laver se pusieron de pie para ovacionarlo.
Nadal declaró que sólo quiso arrancar a paso firme el primer Grand Slam del año, y no enviarle un mensaje a sus rivales.
"Jugué bien, especialmente con el saque", afirmó el español, con desmedida mesura.
Desbordado completamente, Rochus le puso buena cara a una situación fuera de su control y después del partido de 77 minutos bromeó al decir que debería considerar cambiar de profesión.
"Es un buen tenista``, indicó Nadal, con tono perplejo cuando le mencionaron lo que había dicho Rochus.
El partido más destacado de la jornada fue el que protagonizaron el chileno Fernando González y el australiano Lleyton Hewitt, extendiéndose a 3 horas y 7 minutos.
González, 13er preclasificado y quien en el 2007 perdió la final del Slam australiano ante Roger Federer, doblegó a Hewitt por 5-7, 6-2, 6-2, 3-6, 6-3.
Hewitt, en su regreso luego de una ausencia de cinco meses para atenderse una lesión de cadera, recibió su primera derrota en la ronda inicial de Melbourne Park desde el 2002 poco después de padecer una varicela. El revés implicará que el ex número uno del mundo quedará fuera de los 100 primeros.
Apoyándose con la potencia de su derecha, González parecía encaminarse a la victoria en cuatro sets, pero problemas musculares le afectaron y le permitieron a Hewitt llevar el partido al máximo. Las molestias fueron más evidentes en el quinto set.
"Sentí un dolor en el muslo, como calambres, y llame al médico``, relató González.
El chileno fue uno de varios jugadores que sufrieron con el calor, en otra jornada en la que las temperaturas rebasaron los 40 grados centígrados por la tarde.
Tanta fue la sensación de calor que el británico Andy Murray comentó que sus pies le quemaban al jugar puntos largos. Y eso que Murray solamente necesitó 12 juegos para avanzar, luego que el rumano Andrei Pavel se retiró por un problema de espalda.
40 Grados de temperatura hubo ayer en Melbourne Park y la mayoría de los tenistas acusó la ola de calor. Hubo tenistas que se quejaron hasta del calor de la cancha.
El suizo Roger Federer, que se medirá en segunda ronda con el ruso Evgueni Korolev, y el serbio Novak Djokovic, que se enfrentará al francés Jeremy Chardy, serán hoy las estrellas. También jugarán los argentinos David Nalbandian y Juan Martín del Potro, que se medirán respectivamente al taiwanés Yen Hsun Lu y al alemán Florian Mayer. En las damas, la rusa Dinara Safina se medirá con su compatriota Ekaterina Makarova.
A una semana de cumplir 35 años, el rumano Andrei Pavel anunció ayer su retiro del tenis como consecuencia de las lesiones recurrentes en su espalda por problemas de columna. Esa misma dolencia fue la que forzó su abandono del Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada, en el que caía en primera ronda ante el escocés Andy Murray, número cuatro del mundo, por 6-2 y 3-1, cuando dijo basta.
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