ANA PAIS
El 73% de los uruguayos están muy orgullosos de serlo y, sin embargo, el 48% no iría a la guerra por el país. ¿Son los orientales pacifistas o cobardes? ¿Es signo de sensatez o egoísmo?
Las cifras surgen del Estudio Mundial de Valores elaborado por la encuestadora Equipos Mori para el período 1996-2006. Pero las interpretaciones dependen del entrevistado.
"Ni se me pasa por la mente considerar la posibilidad de una guerra, ni externa ni interna", dijo el periodista y escritor, Mario Delgado Aparaín.
La pregunta de si uno pelearía por su país en caso de guerra, "se sostiene sobre una hipótesis altamente abstracta, cuya respuesta encierra otra hipótesis del mismo tenor, en tanto se desconocen factores fundamentales como el por qué y el contra quién. Además, sabemos que la mayoría de las guerras responden a razones tan complejas como estúpidas. Y afortunadamente, no veo nada de eso en el horizonte", continuó el actual director de la División Artes y Ciencias de la Intendencia de Montevideo.
No obstante, ante la suposición, en 2006 el 36% de los encuestados dijo que sí, el 48% que no y el 16% que no sabía. En Argentina y Chile el 51% y 53% respectivamente estarían dispuestos a tomar las armas por su país.
Tan solo 10 años antes, las respuestas afirmativas y negativas de los uruguayos eran casi inversas. Mientras el 37% no hubiera peleado, el 42% sí.
El cantautor Jorge Nasser opinó: "Creo que los uruguayos somos inteligentes y pacíficos. Aunque también, el diablillo que está en el otro hombro me apunta que tal vez el dato revela cierta hipocresía porque si amás algo deberías estar dispuesto a morir por ello, o por lo menos, a afrontar algún riesgo. De todos modos la guerra es una locura y creo que me plegaría a ese porcentaje que no quiere pelear".
Ese amor por el país está declarado por el 73% que se definió como "muy orgulloso" de ser uruguayo, al cual se suma un 19% que se considera "algo orgulloso".
Dentro del 1% que se siente "nada orgulloso" está Tabaré Rivero, cantante de La Tabaré y actor. "No considero los límites geográficos separadores de patrias o de motivos de orgullo. Estoy orgulloso de estar rodeado de un montón de gente que puede estar aquí, en Argentina o en Brasil. Jamás iría a la guerra, ni por Uruguay ni por ningún motivo", explicó.
Para Ignacio Zuasnabar de Equipos Mori, los resultados sobre la guerra admiten dos lecturas. "Una responde a valores pacifistas y la otra puede tener más que ver con una situación de mucho pragmatismo: la guerra carece de sentido porque perdemos en cualquier caso. Lo interesante igual, es que las dos situaciones se combinan con un componente de orgullo nacional importante" en el sentido numérico.
Estudio Mundial de Valores. En 1996 el 54% optaba por priorizar el medio ambiente frente al crecimiento económico. En 2006 cuatro de cada 10 se inclinan por cada una de las opciones
Si se desglosa por edades ese 73% que está muy orgulloso, se destaca que aquellos cuyo sentimiento es mayor son los de más de 70 años (84%) y los que lo sienten menos, son los que tienen entre 20 y 29 años (70%).
Por otra parte, al comparar la opinión de una misma generación entre 1996 y 2006, resulta que en casi todos los casos el orgullo nacional se incrementó.
¿Y la ecología? Una de las preguntas cuya respuesta ha variado más de 1996 a 2006, está relacionada con un tema muy presente en el último año: el medio ambiente.
En 1996 el 54% opinaba que había que superponer la protección ambiental al crecimiento económico, y sólo el 26% pensaban lo inverso.
Diez años después, con una fuerte crisis y un conflicto binacional de por medio, las respuestas estaban casi empatadas: el 43% priorizaba el cuidado del medio ambiente y el 42% la economía.
Zuasnábar considera que estos indicadores "se vinculan con un momento muy particular" y que "no son representativos del sentir general de los uruguayos".
La cercanía de las encuestas con la instalación de la pastera finlandesa Botnia y el tan conflictivo corte de puentes, habrían afectado los resultados. "Tenemos otras mediciones sobre el tema medioambiental que muestran un sentido distinto en las tendencias", aseguró Zuasnábar.
Para Delgado Aparaín las respuestas medioambientales otorgadas por los uruguayos en el sondeo no se pueden reducir al conflicto con las papeleras que enfrenta a Uruguay con Argentina. Entre las razones que enumeró están la constante preocupación por temas medioambientales en la educación, así como "la precariedad de fuentes de trabajo y la consiguiente fuga de jóvenes al exterior". Este último motivo hace que "todo trabajo que cumpla con los requisitos mínimos debe ser bienvenida", opinó.
Sin embargo, él mismo se corrigió luego al decir: "En Montevideo, tenemos sobrados ejemplos de casos donde la gente priorizó las lesiones al medio ambiente, por sobre los beneficios a la economía, a pesar de que había trabajo en juego. Por ejemplo, el cierre de curtiembres en las inmediaciones del Pantanoso o de fábricas de baterías en el Cerro y la Teja".
"Un pueblo como el uruguayo, sometido a un continuo deterioro económico y social desde la década del 50, se vuelve al menos pragmático -dijo al respecto Nasser-. Lo que nos sobra es aire, campo, playa. No tenemos la amenaza de la contaminación como una de las prioridades, más allá de que debemos demostrar que somos serios en ese sentido".
Ante la oposición entre el cuidado de la ecología y el progreso económico, las respuestas en Argentina fueron muy distintas. El 68% priorizó la opción "natural" y sólo el 20% prefirió la "material".
"¿Ha utilizado productos en el hogar que no dañan el medio ambiente?", se preguntaba a los uruguayos en la encuesta. La negativa creció del 57% en 1996 al 62% en 2006.
En tanto, el reciclaje aumentó: del 40% al 50% en diez años.
Uno de los resultados más extremos estuvo en la consulta: "¿ha ido a alguna reunión o ha firmado alguna carta con respecto al cuidado del medio ambiente?". El abrumador 89% dijo "no" en 2006 y el 86% lo había hecho una década antes.
Pero la mayor negativa coincide con una pregunta que adquirió en los últimos tiempos, connotaciones conflictivas. "¿Ha contribuido usted con alguna organización ambientalista?", decía el encuestador.
El 92% de los entrevistados respondió que no el año pasado, el 7% que sí y el 2% que no sabe. Las proporciones en 1996 eran del 88%, 10% y 2% de manera respectiva.
Las cifras
11 Es el incremento en puntos porcentuales de uruguayos que no irían a la guerra por el país, comparando 1996 con 2006.
84% Es el porcentaje de mayores de 70 años que están orgullosos de ser uruguayos. Es la franja etaria que siente mayor orgullo.
Confianza, tolerancia y libertad
HOMOSEXUALIDAD. En 1996 45% decía que nunca se justifica. Una década más tarde la opinión cambió radicalmente: sólo lo sostiene el 18%.
CONFIANZA. "No se puede ser tan confiado" al tratar con la gente. En 1996 el 76% dijo compartirla y en 2006 lo manifestó el 62%.
ORDEN. En 1996 uno de cada cuatro uruguayos decía que "era importante mantener el orden en la nación". Diez años después, lo sostiene uno de cada tres.
LIBERTAD Para 16% era importante en 1996 "proteger la libertad de expresión". La proporción subió a 21% en 2006.
DIOS. El 33% de los uruguayos sostenía en 1996 que Dios era muy importante en su vida. En 2006 lo creía 40%.
RELIGIÓN. La importancia de la religión no varió en la última década: 23% la considera "muy" significativa en su vida.
OBEDIENCIA. En 1996 el 29% creía que "es importante enseñar a un niño obediencia". En 2006 aumentó a 39%.
DIVORCIO. Mientras que en 1996 el 22% decía que el divorcio "nunca es justificable", esa afirmación fue sostenida una década más tarde por el 10%.
Las cifras
62% Es la proporción de uruguayos que afirmaron que no usan productos inocuos para el medio ambiente. En 1996 lo dijo el 57%
92% Es la proporción de uruguayos que indicaron que no contribuyeron a una organización a favor del medio ambiente en el 2006.