Ni el mejor Peñarol juega seguro

EDWARD PIÑÓN

En este mundo tan manchado de actos corruptos, de gente que pide a gritos incentivaciones para hacer lo que supuestamente debería cumplir con honor, cada vez son más las sospechas que se levantan sobre las personas y sus acciones.

Hoy, parece que es moneda corriente vulnerar reglamentos, acomodar el cuerpo para el lado que calienta el sol y hasta hacerse el "tonto" para dejar pasar alguna avivada.

Por eso no extraña que todo el mundillo del fútbol no haga otra cosa que hablar de una supuesta "gentileza" de los jugadores de Peñarol a sus pares de Danubio para que Nacional no pueda dar la vuelta el domingo.

La verdad, sin ponerse en moralista o defensor de la honestidad profesional de los futbolistas carboneros, lo que pongo en tela de juicio es que se ignore por completo el potencial danubiano. ¿Realmente creen que Danubio precisa de una "ayudita" para derrotar a Peñarol?

Por lo visto en el torneo, donde la exposición aurinegra no fue ni por asomo una maravilla futbolística, se menosprecia a los danubianos y a su cuerpo técnico cuando se establece que su victoria llegará merced a un afloje del oponente de turno.

Es más, estoy absolutamente convencido que ni el mejor Peñarol de la temporada podría entrar a la cancha con la tranquilidad de ganar el partido.