No se puede chiflar y comer gofio

JORGE SAVIA

Hace tiempo que el tema está en boga: cómo atender la doble actividad local y de la Copa. Y en ese sentido, a Pelusso le pasa lo mismo que a Carreño y Lasarte, por hablar de sus más inmediatos antecesores.

Es decir: hasta la semana pasada, no eran pocos los que se preguntaban si el técnico de Nacional no era omiso al no hacer una rotación de sus futbolistas, porque el desgaste por la acumulación de partidos disputados en dos frentes les podía pasar la factura; y ahora no son pocos los que, tras el empate con Liverpool y el descanso que le dio el entrenador a varias de sus más influyentes figuras, consideran que Nacional desaprovechó la ocasión de arrimarse a Defensor en la Tabla Anual y a Peñarol y los violetas en la del Torneo Clausura.

Como dice el refrán, "palos porque rotas y porque no rotas palos", cuando la realidad "rompe los ojos". Podrá cuestionarse cómo se maneja esa herramienta para evitar la fatiga de los jugadores; pero sin planteles numerosos, y cualitativamente valiosos, como el Manchester, Real Madrid, Barcelona, o el más cercano Boca, no hay vuelta de hoja. La prueba está en lo que le pasó a Defensor en Melo tras hacer un enorme esfuerzo físico y mental en la Copa: no se puede chiflar y comer gofio.

¿Y vos que decís?

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