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EL ANÁLISIS por José Mastandrea
En las vitrinas de la sede tricolor ya luce inmaculada la Copa Uruguaya "José Pedro Damiani" 2008-2009.
Parece una broma de humor negro para los hinchas de Peñarol. La Copa que lleva el nombre de su último gran presidente, terminó en manos de Nacional, el rival de todas las horas.
Pero eso no es todo. El viejo eslogan del contador también parece haberse mudado a la sede tricolor. Aquella frase de "obras, triunfos y balances", es una realidad en Nacional, mientras que en Peñarol, brilla por su ausencia.
Con la reciente conquista, Nacional se transformó en el club más ganador de la década. En el plano local, obtuvo seis campeonatos uruguayos, clasificó a todas las ediciones de la Libertadores y esta temporada, terminó entre los cuatro mejores equipos del continente.
Nacional creció en lo social y en lo deportivo. Tiene el mejor estadio del Uruguay, inició nuevas obras para ampliarlo.
En las divisiones juveniles sacó una diferencia enorme. No sólo gana campeonatos, forma jugadores de clase que fueron base para ganar este Uruguayo. Y bajo la conducción de Ricardo Alarcón, niveló el presupuesto. Como decía el contador Damiani: "Obras, triunfos y balances".
Ovación digital
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