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EL ANÁLISIS por Edward Piñon
Visto que en Uruguay siempre se encuentran artilugios para modificar los reglamentos.
Considerando que, sólo en este país, la obtención de los puntos ganados en la cancha corren serios riesgos de conservarse por increíbles reclamos.
Sin olvidar, además, que en Uruguay pueden pasar las cosas más extrañas del mundo: como que ningún equipo gane los tres puntos en juego aunque haya habido un ganador (caso Juventud-Peñarol).
Se propone a las entidades varias posibilidades para seguir recurriendo a la AUF:
1) Cada vez que al canchero le falle algo el pulso en la marcación de las áreas: ¡pedir los puntos!
2) Cuando en un partido se desinfle o pinche más de una pelota: pedir los puntos.
3) Si el cotejo empezó sin viento y en la segunda mitad se ven perjudicados por una ráfaga constante: ¡pedir los puntos!
4) Si una mascota del equipo se escondió en el túnel a la espera de los jugadores: ¡pedir los puntos!
5) Si al juez se le cae una o las dos tarjetas al césped: ¡pedir los puntos!
6) Si cae mucho papel picado: ¡pedir los puntos!
Y la lista podría seguir. Aunque en originalidad nadie mejor que los clubes para atentar contra el fútbol.
Ovación digital
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