Ojalá que no se olviden tan rápido

Con el paso de los días el ruido mundialista se va apagando. Ya no aparecen las caritas tratando de pegarse a los héroes de Sudáfrica, ni voces que con tono serio hablen de copiar modelos de trabajo para que el Uruguay consiga entrar con más fuerza en la élite deportiva del planeta.

Es una lástima. En lugar de permitir que este furor pierda poder, deberían estar organizándose para fomentarlo.

El Estado, particularmente, podría tratar de recoger los frutos que consiguieron estos futbolistas, porque gracias a ellos se habló de Uruguay en todos los rincones del globo, se buscó datos sobre el país, sobre su gente, su materia prima. ¡Su carne!

El deporte es, a no dudarlo, la principal vía de difusión de una nación. Y con ella se pueden lograr muchas cosas.

Fortalecer al deporte, por otra parte, es contribuir al mejoramiento social y económico de un país. Busquen ya mecanismos de apoyo. Los aportes pueden venir de diversas formas: de un porcentaje del impuesto a los cigarrillos, de las llamadas de celulares, etc., etc.

No se olviden del deporte.

¿Y vos qué decís?

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