DÉBORAH FRIEDMANN
El 82,7% de los pacientes a los que se les practicó electroshock durante un año en el Hospital Vilardebó respondieron favorablemente. En Uruguay se efectúan entre 14.000 y 15.000 sesiones anuales.
Cinco médicos psiquiatras revisaron las historias clínicas de 323 pacientes que recibieron electroconvulsoterapia (ETC) -denominación técnica del electroshock- entre el 1° de enero y el 31 de diciembre de 2006. Los resultados del estudio, efectuado por los psiquiatras Sandra Romano, Soledad Brescia, Verónica Santos, Gabriela López Rega y Margarita Wschebor fueron publicados en la última edición de la Revista de Psiquiatría del Uruguay.
La técnica consiste en aplicar un estímulo eléctrico que produce una descarga neuronal generalizada. Se efectúa bajo anestesia general y relajación muscular. "Entre que el paciente entra a la sala, se lo anestesia, se hace el procedimiento y se recupera pasan unos 20 minutos. La persona entra caminando y se va caminando", explicó el psiquiatra Pedro Zurmendi, ex profesor adjunto de Psiquiatría. La técnica se aplica en Uruguay en todas las mutualistas de Montevideo y en la mayoría de los centros públicos y privados de la capital y del interior del país, sostuvo.
En 2006 ingresaron al Vilardebó 2.219 pacientes y se efectuaron 4.712 sesiones de electroshock. Para el estudio se analizaron las historias de las 323 personas a quienes se les practicó la terapéutica.
Su edad promedio era de 37,6 años, con un claro predominio de jóvenes: casi 70% tenía menos de 45 años y menos del 5% más de 60. Además, seis de cada 10 eran de Montevideo (62,5%).
El electroshock está indicado para patologías psiquiátricas agudas o cuadros crónicos severos reagudizados, explicó Romano, profesora adjunta de la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina a El País.
Por ejemplo, se aplica en esquizofrenias que están reagudizadas, con episodios serios de descompensación. Mejora síntomas como, por ejemplo, delirios o conductas muy desorganizadas. También se utiliza en cuadros de depresiones severas, en las que los pacientes presenta un nivel importante de afectación de su vida: permanecen en la cama o dejan de bañarse e incluso de alimentarse, explicó Romano.
Entre los pacientes estudiados 55% padecía esquizofrenia, 11,9% depresión (excluyendo la bipolar), 10,8% trastorno bipolar y episodios maníacos y 7,4% trastornos psicóticos agudos y transitorios. En promedio, entre el ingreso del paciente al hospital y el inicio de la terapia con electroshock pasaron 22,5 días.
Se practicaron entre una sesión y 21 (9,9 en promedio) y la frecuencia fue en la gran mayoría (95%) de tres veces por semana.
"Es importante aclarar que a ningún paciente se le realizó la ETC como tratamiento único. Siempre fue acompañada de un tratamiento farmacológico, por lo cual debemos considerar que la respuesta que valoramos es, en realidad, la de un tratamiento combinado", señalan las especialistas en el estudio.
El 82,7% de los pacientes respondió "favorablemente" al tratamiento, 4,2% presentó una "respuesta parcial" y 6,8% no respondió positivamente.
Los que tuvieron una mejoría más notoria tras la aplicación del tratamiento fueron quienes padecían de trastorno bipolar (96,2%), seguidos por pacientes con trastornos psicóticos agudos (95,8%), depresivos (92,7%) y con esquizofrenia (84,4%). En promedio, los signos de recuperación comenzaron a manifestarse entre la cuarta y la quinta sesión.
Además, un 13,3% de los casos presentaron complicaciones: los delirios fueron las más frecuentes (59,6%), seguidas por problemas cardiovasculares y pleropulmonares. En la mitad de las personas que tuvieron esos efectos se debió suspender el tratamiento.
La cifra
90 Cada esa cantidad de minutos en promedio se efectúa en Uruguay una sesión de electroshock, la mayoría en Montevideo.
Del cine a la realidad
COMIENZO En Uruguay el electroshock comenzó a utilizarse en 1939. Por su eficacia real y también por la falta de otros tratamientos tendió a ser aplicada "en número excesivo en los hospitales públicos y también en los centros privados", según el estudio Electroconvulsionoterapia: fundamentos y pautas de utilización, publicado por la Sociedad Uruguaya de Psiquiatría en 2004 de Humberto Casarotti, José Otegui, Gabriel Savi, Pedro Zurmendi, Eduardo Galeano y Ariel Gold.
MALA PRENSA "Cuando la técnica comenzó a utilizarse se efectuaba sin anestesia. Los pacientes convulsionaban. A partir de la década de los 70 y 80 se efectúa con anestesia. A su vez, películas como Atrapado sin salida o Tango feroz contribuyeron a la mala imagen del tratamiento", señaló Zurmendi a El País.
PROCESO "En Uruguay la técnica nunca dejó de aplicarse, aunque al igual que en otros países se notó una disminución del número de pacientes tratados de ese modo entre 1970 y 1990, incrementándose luego nuevamente", señala el estudio.
DÉCADA DEL 90 En 1994 Alexander Lyford-Pike y otros especialistas presentaron un estudio sobre el uso de electroshock. Destacaron la amplia variabilidad en el número y en las condiciones de aplicación, especialmente entre Montevideo e interior. En la capital se hacían entre 12.000 y 12.500 al año, mientras que en el interior se efectuaban entre 1.000 y 2.000 .
2004 "Los datos recabados proporcionan cifras semejantes con un incremento en el interior, lo que permite suponer que en el Uruguay se hacen entre 14.000 y 15.000 sesiones por año", indicaron los especialistas en el estudio, que es el último relevamiento efectuado sobre la aplicación del electroshock, según especialistas consultados.
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