Haciendo leña con el árbol aún en pie

MATÍAS CASTRO

Charlie Sheen es un tipo complicado. En diciembre fue arrestado por violencia doméstica contra su tercera esposa Brooke Mueller y varios cargos más, y sigue en medio de ese juicio. Su esposa anterior, Denise Richards, lo había demandado por amenazarla con violencia y drogarse. Con cada una de ellas tuvo dos hijas. Unos años antes de eso se inyectó cocaína, se pasó de la raya y casi se muere. Antes aún, le disparó a su novia, Kelly Preston, con un revólver y, según él, en forma accidental. Y para peor, su apellido es realmente Estevez y su nombre es Carlos; pero eso del cambio es una cuestión de familia porque su padre ya lo había hecho antes.

Ahora el actor de Two and a half men tiene otro problema, y no se pude decir que sea totalmente inocente. Una mujer que no ha dado aún su nombre, ha declarado a una revista estadounidense llamada Radar, que tiene pruebas sobre las prácticas sexuales que Sheen y Mueller llevaban en la intimidad. Tema escabroso y escandaloso, según los criterios de la prensa amarilla, porque lo que la anónima declarante tiene para demostrar es que la pareja participó numerosas veces de tríos sobre la cama.

¿A alguien le suena la expresión "hacer leña del árbol caído"? En este caso, como en muchos otros casos de celebridades, se podría hablar de "hacer leña del árbol en pie". Es que no parece haber mejor forma de señalar a la frecuente aparición de personas que aspiran a enriquecerse revelando detalles escabrosos o supuestamente escandalosos sobre un famoso. Pasó con el hermano de Madonna y un libro que publicó hace dos años. Pasó también con el biógrafo de Tom Cruise que había dicho que el actor se había comido la placenta de su mujer. Y por supuesto que sucedió con casos de figuras más rimbombantes, como Michael Jackson o Angelina Jolie.

Charlie Sheen no será un buen tipo, según lo que se dice de él, pero es un buen blanco para esta clase de especuladores. Es, al final, pasto fértil para gente así.