El ex presidente argentino Eduardo Duhalde responsabilizó a Néstor Kirchner del conflicto por la planta de Botnia y reveló que había acordado con el gobierno de Jorge Batlle la relocalización de la planta de Botnia (ahora UPM).
El viernes 7, durante una visita a Concordia, provincia de Entre Ríos, Duhalde -rival de Kirchner en la interna del Partido Justicialista-, dijo que cuando presidía la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur tenía "todo arreglado" con Batlle para relocalizar la planta, pero que luego Kirchner desbarató la negociación.
"Teníamos todo arreglado con el presidente de Uruguay para relocalizar Botnia a partir de un crédito que nos cedía el Banco Mundial", relató Duhalde, en referencia a la época en que presidió la comisión del Mercosur, entre 2003 y 2005. Sin embargo, agregó: "Luego, me llamó el canciller uruguayo (Didier Opertti) para decirme que había surgido el inconveniente de que el entonces presidente Kirchner no le atendía el teléfono al presidente uruguayo".
En tanto, el ex presidente Julio María Sanguinetti, en una columna publicada ayer en el diario La Nación, comentó el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya y se refirió a Kirchner como "un hombre de lucha y combate, sin las características vocacionales de la figura diplomática de consenso" para dirigir la Unasur.
Sobre el fallo en La Haya, Sanguinetti dijo que Argentina y Uruguay "deberían abocarse -y cuanto antes, mejor- a organizar el monitoreo conjunto de las aguas del río".
Sanguinetti recuerda un fallo del Tribunal del Mercosur del 6 de septiembre de 2006, que estableció la ilicitud del bloqueo del puente San Martín. "Desgraciadamente, esa sentencia quedó flotando en el espacio, pero sigue vigente. (...) Y el Estado argentino debería hacer cumplir el fallo sin más trámite", afirmó.
El ex presidente lamenta que esta situación se haya mezclado con la designación de Kirchner en la Unasur.
"Es muy poco digno que se estableciera la posibilidad de un canje entre un cargo y unos principios que hacen al ejercicio del Estado de Derecho en dos repúblicas vecinas, hermanas de origen y socias. Episodios así terminan degradando el ejercicio público ante el ciudadano común, que juzga estas actuaciones como reñidas con la menor ética y hasta groseramente antiestéticas, si cabe aludir al mero decoro de las conductas políticas", escribió Sanguinetti.
Agregó que la designación de Kirchner "no es una decisión acertada". Primero por la actividad política del ex presidente argentino como jefe del Partido Justicialista, "que no se compadece con el estatus diplomático del cargo"; segundo, porque el cargo requiere un funcionario full time; y tercero, porque Kirchner "es un hombre de lucha y combate, sin las características vocacionales de la figura diplomática de consenso. En el caso uruguayo se da, además, una actitud política muy agresiva para con el país, que nadie olvida".
"El propio presidente Mujica reconoce que su actitud le significa costos políticos, y es verdad. Sólo se la entendería como corolario de un cambio sustancial en las relaciones, que despejara las heridas aún abiertas. Cuando ni palabra se dice sobre lo que nos ha golpeado y sigue golpeando, cuando ni siquiera aparece alguna carta de intención, la buena fe invocada por el presidente uruguayo pasa a ser ingenuidad o debilidad. Ojalá lo entienda la presidenta argentina (Cristina Fernández de Kirchner) y ayude a su colega a no quedar tan en falso ante una opinión nacional que no es iracunda, pero posee un elevado sentido de la dignidad del país", concluyó el ex presidente uruguayo.
Sanguinetti: Kirchner no tiene la diplomacia para ocupar el cargo en la Unasur.
Duhalde: "Kirchner no le atendía el teléfono el presidente (Jorge Batlle)".
Proceso de monitoreo
Las delegaciones uruguaya y argentina en la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), intercambiaron el viernes las primeras propuestas para retomar los controles de la calidad de aguas del río, tras el fallo de La Haya. El tratamiento del tema, no obstante, se limitó a la entrega de documentación entre los representantes de ambos países. Esta documentación será enviada a las respectivas cancillerías para ser analizada, constituyendo éste el primer paso para poner en marcha el proceso de los controles que debe encarar la CARU, según la recomendación de la Corte Internacional.
Los monitoreos habían sido interrumpidos debido al conflicto por el funcionamiento de la planta de UPM (ex Bontia) en Fray Bentos.
El delegado uruguayo, Rubens Stagno, dijo a El País que la cuestión de los controles no fue discutida entre las delegaciones. Stagno prefirió no revelar por el momento el contenido de los documentos y aguardar que los cancilleres los estudien y definan los pasos a seguir.