PARÍS | ANA MARÍA ECHEVERRÍA-AFP
La guerra de los cristeros en México llegó esta semana a las pantallas francesas a través de la visión, poética y cruel, del cineasta uruguayo Rodrigo Plá en su película "Desierto adentro", una desesperada reflexión sobre culpa y fanatismo religioso.
Un "soplo visual" y "poético" habitan esta película, escribe el diario Le Monde sobre el film cuyo contexto es la Cristiada, la feroz guerra civil que opuso en los años de 1920 al Estado mexicano y los cristeros, los autoproclamados "soldados de Cristo", que dejó unos 90.000 muertos. El protagonista es Elías (Mario Zaragoza), un campesino corroído por la culpa y convencido de que es objeto de la cólera de Dios, por lo que arrastra a su familia al desierto para construir una iglesia y así ser perdonado.
La historia es narrada a través de la mirada de Aureliano (Memo Dorantes), el más pequeño y vulnerable de los ocho hijos, que retrata la trágica saga familiar en retablos religiosos.
Desierto adentro es un film "extraño y fascinante" que "cuenta una historia a la vez grandiosa y modesta", escribe el exigente semanario Telerama.
De origen uruguayo pero residente en México desde niño, Plá rodó la película antes que La zona, un eficaz thriller sobre la violencia urbana en México que fue estrenado en el 2008. Pero pese a que la filmó antes, sólo pudo finalizarla después de los éxitos obtenidos por La zona, galardonada con el premio a la mejor ópera prima del Festival de Venecia y el premio de la crítica internacional del Festival de Toronto.
Desierto adentro es una fábula "árida y cruel digna de una tragedia bíblica", escribe el semanario l`Express, que afirma que Plá es "capaz de explorar con talento el thriller social o la fábula mítica".
El cineasta cuenta que para escribir Desierto adentro se inspiró en el filósofo danés, Søren Kierkegaard, quien estaba "persuadido de estar condenado a morir joven, idea que le fue transmitida por su padre. Elías está inspirado en el padre del filósofo, que estaba convencido que había pecado contra Dios, y que el castigo divino golpearía a sus hijos, señala Plá al presentar su película.
Se trata de un film "incendiado por la colisión improbable de un periodo histórico, el México de los años 1920-30, con el filósofo existencialista danés, Søren Kierkegaard, quien vivió en carne propia los desgarros de la culpa y el castigo", escribe el diario Libération. Esta "sorprendente película no evoca para nada al cine contemporáneo: se consume más bien de un fuego lento, navegando entre el cine del (egipcio Youssef) Chahine y el (ruso Serguei) Paradjanov, entre (el novelista francés Jules) Barbey d`Aurevilly y (el escritor uruguayo) Horacio Quiroga", opina Libération.
Galardonada en 2008 en el Festival de Guadalajara con el premio a la mejor película mexicana, Desierto adentro fue reconocida en varios festivales, entre ellos Venecia, donde recibió el premio a mejor ópera prima, y Toronto, donde ganó el premio de la crítica.