PABLO MELGAR
Las líneas más ortodoxas del sindicalismo y la izquierda celebraron el primer paro general de 24 horas contra el gobierno de Mujica. Los sectores moderados, que perdieron la pulseada, tendrán a su cargo la instrumentación de la movilización.
Tal paradoja en el Pit-Cnt se da en momentos en que la conflictividad sindical es hoy 3,3 veces mayor que a esta altura del gobierno de Tabaré Vázquez.
La aprobación el miércoles en la Mesa Representativa del Pit-Cnt del primer paro general de 24 horas fue leído en el movimiento sindical como un "triunfo" de las alas más radicales de los grupos que integran el gobierno. En ese sentido, varias fuentes sindicales destacaron que primó la visión de los dirigentes del MPP cercanos al tupamaro Julio Marenales y del PCU que responden al senador Eduardo Lorier.
Los informantes señalaron que la votación fue una "visualización de las diferencias internas" que por lo general se ven "opacadas" por los liderazgos más trascendentes.
En tal sentido destacaron que "perdieron" las visiones más moderadas de los coordinadores del Pit-Cnt: Juan Castillo (PCU), Fernando Pereira (Articulación) y Edgardo Oyenart (PVP).
"El PCU y el MPP tienen varias corrientes internas y aprovechan estas instancias para hacerlas visibles, hablan en el Pit-Cnt porque no tienen chance de hacerlo en sus sectores", dijo a El País un dirigente sindical que estuvo en la reunión de la Mesa Representativa.
El paro, que se desarrollará desde el mediodía del miércoles 6 de octubre hasta el mediodía del jueves 7, contó con la desaprobación unánime del bloque Articulación, compuesta por sindicalistas en su mayoría integrantes del Frente Líber Seregni (Asamblea Uruguay de Danilo Astori, Nuevo Espacio de Rafael Michelini, Alianza Progresista de Rodolfo Nin Novoa).
Este grupo moderado logró reunir apenas ocho votos en la Mesa Representativa, mientras que los radicales consiguieron 24 y otros ocho se abstuvieron. En este último lugar figura la corriente sindical del Partido Socialista que intentó postergar la decisión para la próxima Mesa Representativa, prevista para octubre. También se encuentran varios sindicatos controlados por el PCU.
Otro punto que destacaron las fuentes tiene que ver con que no hubo diferencias importantes entre sindicatos públicos y privados. En ese sentido, puntualizaron que jugó a favor del paro la fecha elegida, puesto que coincidirá con el inicio de la segunda etapa de negociación en los Consejos de Salarios.
Un sindicalista del ala radical dijo a El País que ahora los ojos estarán puestos en la forma en que el Secretariado del Pit-Cnt instrumentará el paro. "En una de esas no nos mandan volantes o los parlantes no suenan fuerte", dijo.
Antón Pirulero. El director de Trabajo, Luis Romero, admitió a El País que en el paro resuelto por el Pit-Cnt jugaron "otro factores" y que si el gobierno hubiera acordado con COFE el paro se hubiera aprobado igual. "Hay internas en otros lados que juegan a favor de los posicionamientos de los dirigentes. Esto es como Antón Pirulero, cada quien juega su juego", expresó Romero.
El paro lo tomó por sorpresa. "Pensé que con las intensas gestiones que se están haciendo para retomar el diálogo con alguna propuesta concreta, por lo menos iban a dejar en suspenso las medidas", mencionó.
El funcionario agregó que la paralización no sólo va en línea de apoyar las reivindicaciones de los trabajadores sino que también es una demostración de fuerza. No obstante, señaló que no se van a ver afectadas las conversaciones. Por otro lado, Romero consideró que la decisión de ir al paro puede ser una señal de cambio en los equilibrios políticos internos del Pit-Cnt. En ese sentido, admitió que como el gobierno se mantuvo en su posición de pagar un sueldo base de $ 14.427 por 40 horas semanales para COFE, "se pudo haber generado un cambio en los equilibrios".
Romero fue particularmente duro con COFE por las medidas de corte de rutas que anunció esta semana. Según el director de Trabajo, se trata de una actitud "chantajista".