DUBLÍN
Unos 3,1 millones de electores irlandeses fueron convocados a las urnas ayer para unas elecciones que confirmarían el naufragio del "Taoiseach" (primer ministro) Brian Cowen, primera víctima de la crisis de la deuda en Europa, y de su partido Fianna Fail (de centro), que dirige los destinos del país hace 14 años.
"Muchos piensan que sus políticas contribuyeron a la crisis y que por tanto deben ser castigados", explicó Michael Marsh, politólogo del Trinity College de Dublín.
El partido paga también su respaldo al plan de rescate internacional de US$ 85.000 millones, firmado a fines de noviembre con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
El gobierno aceptó con reticencias este programa, lastrado por un déficit público que alcanzó el 32% del PIB en 2010.
Según los sondeos, los irlandeses llevarían al Fine Gael, partido también de centro.
Aprovechando la indignación popular que provocó el rescate, su líder, Enda Kenny, exige una renegociación de sus cláusulas más polémicas y, en particular, de la tasa de interés que considera "punitiva".
Las encuestas le dan al Fine Gael entre 38% y 40% de la intención de voto, resultado que podría no bastarle para obtener la mayoría absoluta en el Parlamento. afp