El cairo
Una evolución democrática en Egipto, peso pesado en el mundo árabe, podría ser crucial para el futuro de una región sacudida por un sismo político.
En cuanto renunció el presidente Hosni Mubarak, ministros y altos responsables occidentales viajaron al El Cairo a alentar al nuevo poder para que cumpla sus promesas de reformas democráticas.
"Tenemos fe en la capacidad de Egipto de realizar una transición con éxito, que sea un ejemplo para el resto de la región. Es particularmente importante ahora, cuando el mundo árabe vive cambios profundos", declaró el subsecretario de Estado de Relaciones Políticas estadounidense, William Burns, durante una visita a Egipto. Sin embargo, reconoció que el camino no será sencillo. "Es el inicio de una complicada transición democrática", sostuvo.
También visitaron recientemente el país, con mensajes similares, el primer ministro británico, David Cameron, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y los ministros de Relaciones Exteriores alemán, italiano y sueco.
Aunque el movimiento de contestación en el mundo árabe se inició en Túnez, los acontecimientos en Egipto fueron los que le dieron la fuerza actual.
El secretario general de la Liga Árabe, el egipcio Amr Musa, reconoció que los cambios actuales "afectan en todo el mundo árabe". "Sólo hace falta ver lo que ocurre en Yemen, Bahréin y Libia para constatar lo que puede inspirar un éxito" como el egipcio, subraya, por su parte, el especialista en Oriente Medio del International Crisis Group, Robert Malley.
Este experto sostiene, asimismo, que "la expulsión de Mubarak fue un avance gigantesco (y) lo que siga será decisivo". Sus reflexiones las hace en un trabajo titulado "¿Egipto victorioso?".
Hasta ahora, la evolución del Egipto pos-Mubarak sigue siendo muy incierta. El poder fue asumido por una junta de unos 20 generales, dirigida por uno de los pilares del régimen anterior, Husein Tantaui. El ejército suspendió la Constitución, disolvió el Parlamento y el gobierna por decreto.
Además, el deterioro de la situación económica, la debilidad de la oposición laica y el empuje del movimiento Hermanos Musulmanes siembran de dudas hacia el futuro. afp