"Indignados" extienden protesta; exigen una reacción del gobierno

MADRID | AFP Y ANSA

Una marea de manifestantes volvió a invadir ayer la madrileña Puerta del Sol para apoyar el movimiento de los jóvenes "indignados" españoles, que decidieron en la noche mantener su campamento en esta emblemática plaza de la capital española.

"¡Basta ya!", "No nos callarán", "Cobrar 600 euros al mes es terrorismo", fueron algunos de los eslóganes gritados por los miles de manifestantes, de todas las edades y procedencias, que se concentraron alrededor del campamento de la Puerta del Sol, convertido en el epicentro de un movimiento que se extendió por toda España.

Los "indignados" organizaron el sábado asambleas en 120 barrios y pueblos vecinos de la capital que atrajeron a miles de personas ayer, por lo que los promotores de la protesta pretenden llevar a cabo asambleas semanales a la orden de "Toma los barrios".

Los manifestantes debían además decidir si mantenían su campamento o continuaban sus protestas de otra manera. Por la noche de ayer, votaron a mano alzada y decidieron permanecer en la Puerta del Sol por un tiempo de momento indefinido, tras adoptar una moción: "Nos quedamos y luego matizamos (veremos) hasta cuándo".

La Alcaldía de Madrid y el gobierno regional de la Comunidad de Madrid, ambos gobernados por el Partido Popular, reclamaron ya al presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el desalojo de la Puerta del Sol "por razones de seguridad e higiene". Comerciantes y hoteleros de la zona, cuyos negocios cayeron un 80% desde el inicio de las protestas, reclaman lo mismo.

Espontáneo e inédito en España, este movimiento que se califica de ciudadano y apolítico comenzó el 15 de mayo y reúne a jóvenes, jubilados, parados y a trabajadores desesperados ante el aumento del desempleo, que afecta a la mitad de los españoles menores de 25 años, y la precariedad social.

Difundido por las redes sociales, el movimiento se amplificó rápidamente en los días que precedieron a las elecciones municipales y regionales del 22 de mayo.

Las reivindicaciones tienen como objetivo el desempleo (de 21% y que llega a un 44% en los más jóvenes), el exceso de capitalismo, los políticos "corruptos" y el sistema electoral, acusado de beneficiar a los grandes partidos.

En ausencia de un líder identificado, de organigrama y de plataforma clara, el movimiento busca ahora una nueva dirección.

"Claro que vamos a continuar, sino todo esto no habrá servido para nada", estima Rita Sainz, estudiante de literatura de 22 años.

"Hay un antes y un después de este campamento. Ahora hay una masa de gente que son conscientes de los problemas, del poder de la acción común. Me gustaría que nos quedáramos en Sol hasta las elecciones legislativas", previstas en marzo de 2012, "aunque sólo sea con un stand de información", añadió la joven.

A lo largo de la jornada, representantes de las asambleas de barrio han desfilado uno a uno delante del micrófono para enumerar sus listas de proposiciones. Muy eclécticas, aplaudidas o abucheadas, estas van desde el desarrollo de espacios verdes a las reformas políticas más improbables, como la abolición de la monarquía.

En todas partes. En la ciudad de Toledo, en tanto, los "indignados" decidieron quitar el campamento de Plaza de Zocodover y seguir adelante con reuniones semanales.

En la Plaza de Cataluña de Barcelona, los jóvenes reconstruyeron la llamada "Ciudad Libertaria" luego del desalojo por parte de la Policía, y que implicó 121 heridos, el viernes.

En tanto, un millar de jóvenes, según la Policía y los organizadores, se reunieron ayer en la plaza de la Bastilla de París para protestar, siguiendo el modelo de los "indignados" españoles, contra "el desempleo, la precariedad, la corrupción".

El País de Madrid informó en la noche de ayer que la Policía francesa evaluaba lanzar gases lacrimógenos para desocupar la plaza.

Las cifras

120 Son las asambleas vecinales que los "indignados" españoles del llamado 15-M generaron en varios barrios y pueblos del país.

25.000 Son las personas que se reunieron ayer en varios barrios para decidir la continuidad de las protestas, según los "indignados".