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Las tropas estadounidenses deben tener inmunidad ante demandas judiciales como parte de un acuerdo para que permanezcan en Irak después de fin de año, y el Parlamento iraquí debe aprobar esta protección, afirmó el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos.
Las declaraciones del almirante Mike Mullen podrían dificultar más que las tropas permanezcan en este país.
Mullen y otros funcionarios de Estados Unidos han solicitado a Irak que decida si desea contar con fuerzas adicionales estadounidenses en el país después de la fecha de partida fijada para el 31 de diciembre, y el punto de la inmunidad ha sido uno de los más espinosos.
"Un acuerdo, que incluya privilegios e inmunidad para nuestros soldados, hombres y mujeres en uniforme necesitaría pasar a través del COR", destacó Mullen, refiriéndose al Consejo de Representantes, como se conoce al Parlamento iraquí.
Washington ha ofrecido que hasta 10.000 soldados permanezcan y continúen entrenando a las fuerzas iraquíes en el manejo de tanques, cazas y otros equipos militares.
Mullen dijo a los periodistas en Bagdad que el presidente iraquí y el primer ministro han prometido estudiar el caso rápidamente, e hicieron énfasis en que el tiempo se acaba.
Funcionarios de Estados Unidos han insistido en que necesitan saber con prontitud si Irak desea que las fuerzas estadounidenses permanezcan más tiempo para que ellos puedan determinar cuáles se quedan y cuáles se van. En este preciso momento, unos 46.000 efectivos estadounidenses permanecen en el país y antes de fin de año se intensificará su partida.
"Una parte importante de esto es sólo un problema de física. Se llega a un punto en el tiempo en el que no se puede dar marcha atrás y todos los efectivos deben irse. Por eso es muy importante tomar una decisión lo más pronto posible", apuntó.
Sin embargo, los legisladores y funcionarios del gobierno de Irak se han mostrado recelosos en torno a la adopción de una postura pública en cuanto a si desean la permanencia o salida de las fuerzas estadounidenses.
Los efectivos norteamericanos continúan siendo impopulares entre numerosos iraquíes, quienes están cansados de ocho años de guerra. Uno de los principales aliados del primer ministro Nuri al-Maliki, el clérigo antiestadounidense Muqtada al-Sadr, ha convertido en su misión el conseguir la salida de las fuerzas estadounidenses, lo cual ha puesto en una posición difícil al primero.
AP
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Foto: AP. |
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