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Después de un día de combates encarnizados, las fuerzas del nuevo régimen libio han tomado el control de una avenida estratégica en el este de Sirte, acercándose algo más al corazón de esta ciudad asediada.
La conquista el sábado de esta avenida ha sido clave para tomar el domingo el centro de conferencias de Uagadugú y la universidad, dos de los principales focos de resistencia de los pro Gadafi.
Apoderándose de la avenida, los combatientes del Consejo Nacional de Transición (CNT) procedentes de Bengasi quedaron a menos de dos kilómetros de la plaza central de Sirte, que bombardean a diario con armas pesadas desde hace casi cuatro semanas.
"¡Alá Akbar!" (Dios es grande), gritan a todo pulmón los hombres de la brigada "Ali Nuri Sbag" haciendo con los dedos la "V" de la victoria en la larga avenida asfaltada, completamente desierta con la excepción de unos vehículos de los exrebeldes llegados en tromba para reforzar el frente.
La carretera de dos vías sigue bajo el fuego de francotiradores emboscados pro Gadafi en su parte nororiental, constató la AFP. A unos metros de allí se registran violentos combates en un dédalo de callejuelas y un puñado de casas.
Agotados, los hombres del CNT son blanco de francotiradores en cuanto quedan a descubierto.
Una muralla de arena, un autobús calcinado y el armazón de un coche volcado bloquean el paso de sus todoterrenos.
Empapados en sudor, los combatientes armados intentan abrirse paso cabizbajos en un laberinto de casas rectangulares aprovechando una puerta de garaje reventada o un muro derrumbado.
Un olor a carroña apesta delante de una de las viviendas saqueadas. Los cadáveres de las fuerzas leales a Gadafi yacen, al parecer, en las casas perforadas por la metralla. No hay tiempo para verificarlo.
Los cargadores se van vaciando a todo gas a través de una ventana. Un anti Gadafi, más sereno, espera detrás de la mira telescópica de su fusil de precisión Dragonov el momento idóneo para apretar el gatillo.
De pronto se oye un estrépito ensordecedor. Otro hombre abre fuego con un lanzacohetes antitanques contra una fachada a 100 metros de allí. Erró el tiro. Las balas de los pro Gadafi siguen silbando en todas las direcciones y se distribuyen granadas para lanzar el asalto.
Los combatientes afirman haber evacuado a 17 familias prisioneras de los combates.
En la avenida "liberada" y alfombrada de cartuchos, los combatientes descansan apoyados en los muros o comen a todo correr un poco de fruta.
Un imán surgido de la nada, muy perfumado, da lecciones de moral: "No hay que saquear". Y añade: "Cuando vean al enemigo, hay que gritar ´Alá Akbar´", una consigna respetada hasta ahora al pie de la letra.
Indiferente a sus sermones, el comandante del sector, Naji Mismari, intenta "neutralizar a un francotirador". Tendido con unos cuantos hombres detrás de un montículo de arena en la acera, abre fuego con cierta regularidad.
Un cohete antitanque acaba de estallar en la arena delante de sus narices levantando una polvareda. La explosión resuena en los tímpanos pero no hay que lamentar heridos.
"Controlamos toda la carretera de norte a sur. Es una victoria importante porque une el sur de Sirte con el corazón de la ciudad", explica el comandante Mismari, con la cara amarilla por el polvo.
"Avanzamos lentamente para mantenernos en línea y evitar así los disparos fratricidas", añade.
AFP
Foto: AFP. |
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