El pasado a veces alerta al presente

HENRY SEGURA

La conducta de Rihanna respecto a su nueva relación con Chris Brown sigue siendo discutida desde muy distintas experiencias sociales. Lo cierto es que la sombra proyectada por el acto de violencia doméstica en el que participaron, se ha proyectado de tal forma que la propia cantante ha querido arrojar otras luces. Quizá buscando comprensión o tratando de justificar el porqué ha vuelto a cantar con la persona que la castigó duramente hace tres años.

En un acto de terapia pública, la cantante reveló aspectos de su pasado que no habían salido a luz con tanta contundencia. Queriendo tomar distancia sobre los problemas que han envuelto a colegas suyas como Britney Spears y Amy Winehouse, Rihanna asegura que el mundo de las drogas jamás le va a pasar a ella, porque lo sufrió cuando era niña, a consecuencia de las adicciones de su padre. "Cuando era chica veía todo el tiempo cocaína y marihuana alrededor de mi padre, pero yo no sabía que era todo eso. En mi niñez se drogaba delante de mío", recordó en una entrevista, agregando que "lo único que alcanzaba a percibir era que la situación a mamá no le gustaba nada, y que los dos se pasaban peleando por ese tema". Por eso, sostiene que su madre aparte de ser una mujer fuerte, trataba de protegerlos y gracias a su accionar su padre salió de las drogas.

Aquella dura experiencia le hace decir ahora que "lo mejor es estar concentrada y mantener los pies en la tierra". Por eso mismo no se entiende las razones que operaron para abrirse hacia Brown después de una experiencia tan fea. Si es capaz de alertar sobre los peligros que la droga despierta en la industria del entretenimiento, debiera saber que el ejemplo que está proyectando hacia la sociedad es lo suficientemente confuso como para que pueda ser interpretado de maneras muy diferentes. No es fácil advertir un gesto de generosidad humana de una víctima hacia su victimario, sobre todo cuando éste no ha corrido ni corre ningún riesgo. Hay algo de sinsabor amargo en lo suyo.